“Damn, Peggy”
90’s kids es un término que internacionalmente representa a cierta clase de individuos y que induce a cierta clase de nostalgia particular. Aún así, aquel término nunca se ha abordado por completo o al menos no en el ojo mainstream. Afición a los videojuegos, NewGrounds, NeoGaf, thugs y el barrio; WWE, MKII, CS1.6 con Wu-Tang y alguna chatarra. Esos son los otros 90’s kids, los millennials que hoy en día aún conservan aquellas aficiones de antaño, con la diferencia de que ahora son capaces de plasmarlas en la música; allí cuentan su historia, sus referencias y el struggle que representa la incoherencia de la actualidad. Ese es JPEGMAFIA (all caps no space).
Oriundo de Baltimore, Barrington DeVaughn Hendricks – aka Peggy -, nos deleita con el que es sin duda uno de los mejores lanzamientos del 2018, y probablemente uno de los puntos más altos de la década en lo que al género del rap le concierne. Al alero del sello Deathbomb Arc (quienes han trabajado con artistas de peso como Julia Holter o Death Grips), Veteran sorprende con una mezcla fresca, llena de sorpresas auditivas y extrañas melodías extraídas del ciberespacio, que lo posicionan como uno de los actos más explosivos y llamativos de la escena del rap experimental en la actualidad.
Aunque este no sea su primer álbum (segundo álbum de estudio y cuarto en su discografía), Veteran es una suerte de re-debut para JPEGMAFIA, en el sentido de que este LP es su primer trabajo elaborado por completo en solitario. Según el propio artista: “la primera vez que tomé una consola para grabar algo y que estuviese hecho solo por mi, fue en Veteran, y me dio más éxito del que jamás había tenido” (extraído del video KENNY BEATS IS DISAPPOINTED). En este sentido es exquisito observar los métodos de Peggy para dar orden a este álbum, y es que la producción y los samples que se repiten durante el recorrido de Veteran están precisamente calculados para armar una composición cuya fluidez te atrape y sumerja en el cibermundo de Peggy. La experiencia no es ligera de digerir en un comienzo, pero una vez dentro podrás escuchar un álbum dinámico y balanceado, el que está lejos de ser un pastiche de singles dentro de un caos digital.
Veteran tiene un mix de emociones tremendo, las cuales están hiladas tanto por sus beats como por sus lyrics. Así, al dar partida al álbum se nos presenta de golpe una extraña mezcla entre melancolía e ira confrontacional: 1539 N. Calvert, el cual es sin duda uno de los hits imperdibles de este LP. Un bello pasaje de caos digital, donde se nos da el tiempo suficiente para entregarnos al universo de Veteran, partiendo con el verso luego de 50 segundos de introducción instrumental. “’Least I made you niggas dance” representa por completo la naturaleza catchy del melodioso beat principal, y como este se complementa a la perfección con la voz de Peggy y el primer vistazo que tenemos de sus raw emotions y diss incesantes: “I beat that shit like Lennon beat his bae”, ouch.
“melancolía e ira confrontacional”
Sin duda la primera fracción del álbum es zona de bangers, en donde es imposible obviar a Real Nega, que aparece como otro de los emblemas de Veteran. La fuerza de este tema es extraída directamente del sample de ODB – Goin’ Down, lo que genera una sinergia primitiva, funcionando a la perfección con los drums base. En seguida llega la estremecedora balada-trap que es Thug Tears (cuyo título original fue “The Pressures of a Millennial”, lo que nos dice bastante del contenido de sus letras), la cual telonea de excelente manera a Baby I’m Bleeding, el que es quizá el tema más pegadizo, sorpresivo, agresivo, y con letras más citables dentro del álbum (“Chains on my body, looking like a rapper, Acting like a slave when I’m gunning for my masters, nigga”).
Dentro del mix de emociones en que nos sumerge Veteran, hay espacio suficiente para la introspección del artista, en donde gracias a DD Form 214 entendemos un poco del porqué del título del LP. Hay razones de sobra para referirse a este tema como el núcleo emotivo del álbum, aunque puede que la principal recaiga en el nombre de este; la DD Form 214 (Certificate of Release or Discharge from Active Duty) es la forma que los militares de USA deben completar para dejar de formar parte de aquella institución, pasando a convertirse en un War Veteran. La articulación de esta canción en todos sus aspectos (cuya pieza esencial es el aporte lírico de Bobby Rush) hace que este sea uno de los temas más amenos, emotivos y pregnantes del álbum.
Ahora en el B-side de Veteran se nos presenta un Peggy aún más experimental, en donde los catchy beats son un poco más limitados y el ánimo se nos presenta en un tono más oscuro. Libtard Anthem (en colaboración con Freaky) nos abre las puertas de esta segunda fracción, para que luego Panic Emoji (😱) nos vuelva a enseñar más sobre Peggy y su complejo mundo interior; el track comienza con el sample de una ducha, lo que según el mismo JPEGMAFIA corresponde a que el tema se creó mientras tenía un ataque de pánico en la ducha. Whole Foods y Macaulay Culkin continúan con el ánimo melancólico del cual se ha teñido el LP, donde a pesar de que los beats tengan un aire de nostalgia, los coloridos lyrics de Peggy y su particular flow generan un armonioso contraste entre lo lúdico, socio-político, y enigmático de su música.
I Cannot Fucking Wait Until Morrissey Dies es de aquellos temas misteriosos que gracias a su corta duración no podemos dejar de escuchar. Con letras controversiales más que apropiadas considerando el nombre del track, Peggy aparece luchando contra clichés de la industria musical mientras lanza varios diss hacia esta misma (“Fuck a Johnny Rotten, I want Lil B”). Williamsburg, Rainbow Six (junto a Yung Midpack) y 1488 son quizá el contenido más oscuro del álbum, en particular desde un sentido instrumental. El ánimo que se nos presenta es de total discomfort, con beats más lentos y samples que van desde lo estremecedor hacia lo espeluznante con brillante ejecución. Para finalizar, el outro Curb Stomp continúa con el ánimo inquietante de esta última sección del álbum, donde se encarga de recordarnos sus inclinaciones políticas del left-wing, posicionándose ahora como una suerte de destructor de neonazis.
“You think you know me”
Es necesario destacar que Peggy se ha tomado la libertad de lanzar varias copias físicas de Veteran, en donde sus distintas portadas también tienen mucho que decirnos respecto a este LP. Primero la clásica fotografía quemada con Peggy sentado en el pórtico, portada conocida como Cursor Cover por el cursor de windows cerca de la esquina superior derecha. Aunque enigmática, esta portada es una de las primeras pistas que tenemos respecto a la relación de JPEGMAFIA con el mundo digital, desde donde extrae referencias líricas, imágenes, y samples.
Luego está la driver’s license edition (la cual fue una edición limitada entre las primeras copias lanzadas en vinilo) la que cita a uno de los clásicos del rap de los 90’s, pues esta es una evidente referencia a Return to the 36 Chambers: The Dirty Version (1995) , primer álbum de O.D.B. (aka Ol’ Dirty Bastard), miembro del Wu-Tang Clan fallecido en 2004. Esta portada adquiere aún más sentido al recordar que el sample de voz que anima la base del segundo tema de Veteran, Real Nega, es extraída de este mismo álbum.
Finalmente, la última versión en ser lanzada fue la del formato CD (limitado solo a 200 copias), la que destaca al alejarse completamente del imaginario de “álbum músical” e intenta, de manera muy efectiva, imitar a un case de videojuego (con sus propios logos de consola a la Playstation). Esto cobra mucho más sentido al entender que Peggy trabajó en Veteran variados elementos de la cultura pop actual (referencias a programas de televisión, internet, glitch, estrellas del cine y del pop, entre otros), destacando en particular su afición a los videojuegos. Entre sus referencias se encuentran franquicias como Conker’s Bad Fur Day, Golden Eye, Perfect Dark, P.T., Rainbow Six, Metal Gear, Mortal Kombat, Counter Strike, y Ratchet and Clank.
Aunque este álbum se compone de 19 temas, no es excusa para no tener una ejecución fluida, en donde en el gran esquema todo se arma en un total coherente; ya sea por la impecable producción, su rap flow, o los samples que se nos presentan como si de un deja-vú se tratase (“You think you know me”). Es agradable poder entregarse a la experiencia del balanceado, refrescante e introspectivo álbum que nos presenta Peggy.
Damn, Peggy.