Juno, la nave espacial de la NASA, pasó cinco años en el universo para poder llegar a la órbita de Júpiter en búsqueda de desentrañar los misterios del planeta más grande del sistema solar. Con casi cuatro toneladas e impulsada por energía solar, la nave efectuará una serie de 37 sobrevuelos alrededor Júpiter, entre 10 mil y 4 667 km sobre la capa nubosa durante 18 meses.
En estas primeras vueltas, de 53.5 días, Juno se colocó en una órbita de 14 días que le hará pasar sucesivamente cerca de los polos. Durante lo cual, los instrumentos de la sonda penetraron la capa de nubes con el fin de estudiar las gigantescas auroras boreales, su atmósfera y su magnetósfera. El objetivo es comprender mejor la composición interna del planeta, principalmente sus campos gravitacionales y magnéticas, las emisiones radiométricas de la atmósfera profunda la composición, su estructura térmica y ambiente ionizado –90 por ciento de la atmósfera– que actúa como un poderoso conductor eléctrico.
Como resultado, los científicos lograron identificar sonidos estremecedores que provenían del campo magnético de Júpiter. Estos sonidos son realmente un “arco de choque” –o sonic boom– causados cuando Juno entró al campo magnético del planeta, el cual protege con gases al planeta de los vientos solares. Este fenómeno se asocia con ondas de choque entre un objeto que viaja más rápido que la velocidad del sonido; por lo que generan grandes cantidades de sonidos energéticos, como si fuera una explosión o una bala supersónica. El sonic boom duró alrededor de 2 horas, cuando Juno se encontraba viajando alrededor de 241 000 km/h.