¿Qué pasaría si en el inicio de un largometraje, el personaje principal confiesa que no puede seguir realizando aquello que da sentido a la obra?… Extraño, ¿verdad? Bueno, así es como comienza Underestimated Girl de Kate Nash, un documental que deja al descubierto la fuerza de dominio de la industria musical. Un contexto que es descrito por la misma artista como uno paternalista, sexista, machista y genéricamente excluyente.
A este punto, deja de ser una sorpresa que existe una operativa sistémicamente patriarcal, dónde las acciones que realizamos e interacciones que establecemos se enmarcan en pautas socialmente excluyentes en el que las mujeres se encuentran en una posición de subordinación, y es bajo esta óptica que Kate Nash nos permite entrar a su vida, conociendo cada uno de los rincones más oscuros de su corazón, y sus más grandes conflictos internos, como por ejemplo, su relación con la música.
El comienzo de la carrera de Kate se sitúa en MySpace. Las primeras creaciones de esta joven artista comienzan desde la comodidad de su cama mientras se recuperaba de una dolorosa fractura en su pie. Pese a que la producción de su primer tema fuese sumamente rudimentaria y lo-fi, Nash logró conquistar a sus primeros seguidores por su carisma y talento.
El éxito de la joven cantante iba en ascenso, firmó con un sello discográfico que garantizaba estabilidad, pero por sobretodas las cosas, le permitía vivir de la música. Pero el sueño de ser artista y vivir para ello se esfumó. Lo que comenzó como el sueño de su vida, terminó siendo uno de los hechos más fuertes de su carrera, puesto que a raíz de su desvinculación con la discográfica por el nuevo aire que estaba tomando su carrera.
El nuevo ímpetu y carácter que estaban tomando sus temas, sumado a la evidente trinchera política de reivindicación de las mujeres que encontró en medio de la música, es que esta nueva versión de Kate Nash fue considerado para los medios como “Un Suicidio Comercial”. Era esta nueva lírica y musicalización que significó una evidente ruptura a una imagen angelical y trajo a una joven mucho más transgresora y honesta. Pero fue este cambio el que cambió para siempre la consideración de ser una artista comercialmente rentable.
Al tener las puertas de la industria musical completamente cerradas, es que su vida dio un giro de 180°. Lo que comenzó siendo la peor pesadilla, se transformó en un nuevo comienzo que le permitiría despegar su carrera en coherencia y conexión con esa Kate Nash contestataria, crítica, reflexiva y honesta. Una mujer que pasó de utilizar el piano, a tomar el bajo de su propia banda transgrediendo transformando a su equipo musical, en una verdadera girl gang.
Una Mujer Empoderada que Empodera a otras
La evolución artística que le costó la comodidad del financiamiento de su carrera invita a reflexionar profundamente el modo en que la industria musical crea a estos nuevos personeros y músicos que van a representar el ala más visible de la música. El debate sobre si el artista debe o no aceptar ser parte de un sello y acatar todas las implicancias que esta decisión trae consigo, es un debate que no tiene mayor sentido. Sin embargo, el pensar las estrategias de la industria musical y su rol sociabilizador, implica identificar el problema de la producción y reproducción de las relaciones de poder entre hombres y mujeres.
No es sorpresa que gran parte de los imaginarios que rondan respecto a las mujeres son estigmas con los cuales debemos cargar toda nuestra vida. Pero, al momento en que adoptamos un rol dentro de la sociedad, en dónde se transgreden las variables que construyen el idealización del deber ser mujer en una sociedad genéricamente excluyente, la vida se torna extremadamente compleja.
Tal como el impacto que tienen las redes sociales en la construcción de imaginarios socio-culturales, la industria musical también produce y perpetúa estos estereotipos e imaginarios que se estructuran desde la base de las relaciones de dominación. Mientras las industrias musicales sigan excluyendo a las mujeres, sigan buscando a las artistas por su belleza, siga perpetuando los cánones esteretípicos de belleza femenina, mientras la industria musical siga perpetuando con tanta vehemencia la hipersexualización de los cuerpos femeninos, es que como sociedad no se les dará espacio a artistas independientes que viven la acción de la autogestión, como una resistencia a la dictadura patriarcal de los sellos discográficos.
La temerarias y valiente acción de Kate por ser fiel y leal a su persona, a su mente creativa, a su música, es lo que consolidó su carrera como un espacio de profunda seguridad y sororidad dentro de su banda, cómo también en sus shows. La fuerza y el ímpetu con el que decidió avanzar hasta alcanzar sus sueños y su estabilidad, es un acto de empoderamiento tan grande, que es inspiración para otras mujeres que deciden cumplir sus sueños, cualquiera sean estos.
Kate Nash: Underestimated Girl, es un documental que debes ver no tan sólo por la aproximación que significa conocer a la artista desde una película biográfica, sino que es un documental que invita a reflexionar sobre el impacto de las estructuras sistémicas heteronormativas que condicionan la vida de las mujeres. Es un documental potente en cuanto a discurso y narrativa, puesto que corona a Kate Nash como esa mujer empoderada que empodera a otras mujeres.
Puedes disfrutar de este magnífico documental a través de InEdit. Son cerca de 90 minutos en los cuales Kate Nash nos hace atravesar las emociones más diversas, pero también nos emplaza a reflexionar sobre el patriarcado que va a caer.