La deuda está saldada. King Gizzard desplegó nada menos que 5 LPs en el 2017, tal como prometieron con el lanzamiento de “Flying Microtonal Banana” a principios de tal año. Con su recién anunciado sideshow de Lollapalooza el 14 de Marzo y su presentación en el primero día del festival este 2024, nos adentramos en cada uno de los 5 álbumes para empaparnos de King Gizzy a dos meses de su debut en Chile.
King Gizzard and the Lizard Wizard con tales 5 lanzamientos nos han demostrado la versatilidad con la que se mueven, desplegando proyectos que se sumergen en diferentes aguas cada vez que de una manera u otra se adjuntan al mismo universo saturado y apocalíptico. “Gumboot Soup” nos envuelve en experimentación y versatilidad sin prejuicios, una nueva entrega que desborda exelencia.
Las premisas de este año han sido 4 para poder llegar hasta este preciso momento musical. “Flying Microtonal Banana” fue el inicio de esta ambiciosa odisea musical en la que se embarcó el septeto, siendo esta álbum “el producto de la experimentación del microtonalismo, creando un viaje singularmente hiperquinético y balanceado atravesando sus comodidades para elevar sus dimensiones creativas hacia algo aún más frenético y enfermo en el mejor sentido posible” -como describimos en el review de “Flying Microtonal Banana“.
Su segunda entrega fue nada menos que un álbum conceptual capaz de terminar con todos los álbumes conceptuales “Murder of the Universe“, una entrega extremadamente visceral y descriptiva que nos sumergía en su densa visualidad y desolación narrativa apocalíptica. “Sketches of Brunswick East” por su lado despertaba el lado más jazzero de KG, siendo un acercamiento dulce y melódico hacia las calles Australianas de Brunswick East.
“Polygondwanaland” por otro lado destellaba desde su belleza artesanal y casera con su travesía por la gratuidad del álbum y la posibilidad de que cada uno pudiera armar su disco, hacer vinilos, etc. Un álbum que como ellos estipularon, no les pertenecía, sino que era de todos nosotros. Álbum que además nos sumergió por electrizantes aguas que desprendían intrigantes sintetizadores y pasajes instrumentales eclécticos.
“Gumboot Soup” llegó el 31 de Diciembre en horario australiano, mientras quedaban horas para entrar en el 2018. Lanzado a través de Flightless -compañía discográfica que los mismos miembros de King Gizzard son dueños y grabado en el estudio Flightless HQ. El artwork de este quinto LP estuvo a cargo del octavo miembro de la banda, Jason Galea, con quien han colaborado desde el “12 Bar Bruise” y además es el encargado de las espeluznantes visuales en vivo. Las coloridas versiones en vinilo ya están a la venta para su reproducción masiva que sería despachada en Abril del 2018, las cuales cuentan con dos versiones: “Spiced Pumpkin” y “Gumboot Death”.
La producción de este material estuvo a cargo de Stu Mackenzie, multi-instrumentalista y voz principal, quien en una entrevista con Consequence of Sound afirmó lo siguiente en relación a este nuevo LP:
“este fue un lugar para nosotros en donde pusimos muchas ideas diferentes con las cuales estábamos tratando de experimentar dentro de una canción, más que en el álbum en sí. Para mi, algunas de mis canciones favoritas del año están dentro de este quinto álbum. Está orientado en las canciones más que en un álbum como tal“.
“Gumboot Soup” comienza con el primer single lanzado “Beginner’s Luck“. Tema que entra con suavidad en un groove colorido, a veces jazzero y lujurioso. El juego de voces entre Stu Mackenzie y Ambrose “Kenny” Smith se torna muy interesante mientras los diferentes colores y texturas de sus voces contrastan con genialidad. Un tema en el que podemos desprender claras auto-referencias instrumentales hacia el Sketches.
“Greenhouse” se inserta como un side-B definitivamente de FMB. Con coros temblorosos e instrumentación microtonal llegan con un tema familiar con un contexto diferente. Su sucesor “Barefoot Desert” nos introduce una deliciosa mezcla de antecedentes,es como si este tema nos brindara una mezcla entre el Sketches y el “Paper Mache Dream Ballroom”. La entrega vocal de Ambrose se acerca a sus contemporáneos australianos Pond, sobre todo cuando se sumergen en efectos. La voz de Smith es refrescante y alienígena a ratos, lo cual se puede ver con más potencia en The Murlocs- banda de la cual él es cantante.
“Muddy Water” nos sumerge en sucias aguas recorriendo progresiones que a veces bordean el drone, al igual que las voces repetitivas que absorben nuestras sensibilidades. Un tema con tintes de Temples con “A Question Isnt’t Answered” de su álbum debut, con un giro sucio y directo. “Superposition” es una de las tantas agradables sorpresas despelgadas, con instrumentación cercana a un suave Sketches desenvuelve voces robotizadas –muy a lo Kraftwerk- que nos dirigen un suave camino hacia unos saxos penentrantes y suaves flautas de las cuales King Gizzard and the Lizard Wizard no son ajenos, suaves referencias hacia un acid jazz.
“Down the Sink” es sin duda lo más funky que nos han mostrado hasta la fecha, con un bajo preponderante y necesario se extiende un tema muy colorido e interesante. Con quiebres y armonías infestadas de funk nos entregan vibras de un David Bowie setentero, algo cercano a las llamas del “Young Americans”. “The street is where, the street is where people live“. Un King Gizzy con raíces negras y coloridas.
Tal tema da paso a un inesperado “The Great Chain of Being“. Este último es la entrega más pesada y con más influencias doom y stoner que hemos podido absorber de los australianos. Se desenvuelve denso y con un bajo sucio a la Kyuss y voces como aullidos densos nos hacen desplegar claras influencias en “The Great Chainof Being”, la banda Sleep es una de ellas y con los cuales compartieron escenario en la pasada versión del Desert Daze. Este tema nos deja sedientos de más densidad, de más espeluznante suciedad.
“All Is Known” nos sumerge en un Gizzy clásico y directo, muy directo. “I’m In Your Mind Fuzz” con instrumentación microtonal y una producción limpia. Los pasajes entre versos nos devuelven aquellas sonoridades orientales, pasajes que destellan una riqueza ácida y efectiva. Tema que se desenvuelve como si nos quemara con su atrevida instrumentación del oeste del planeta, gestos y detalles que deslumbran el este septeto excéntrico.
Finalmente “The Wheel” es el tema con el cual cierran tal travesía sonora. Un groove suave y dulce pareciera adquirir tintes “dreamy” y con colores ácidos y cálidos al mismo tiempo. Un tema que nos hace flotar por sus minutos con una lentidud dulce y exquisita.
Un álbum que se compone de lados B de los cuatro álbumes anteriores nos sorprende en su versatilidad y fusión de tan diferentes y ricas referencias. 11 temas que adquieren personalidad propia y ahondan en su versátil travesía. Cada tema pareciera proponer paisajes diferentes que abordan una variedad de referencias distanciadas, pero que se unen con un groove persistente y versatilidad ecléctica.
“Gumboot Soup” es una gran sorpresa con la cual nos deleitan el último día del año, y que concluye la gran odisea musical en la cual nos han embarcado el pasado y denso año 2017. Este quinto LP del año y el treceavo que la banda ha lanzado, uno que cierra el ciclo y que nos golpea con una paleta de colores que derrite los límites que alguna vez existieron. Una entrega ecléctica, diversa, dulce y ácida, burbujeante e intrépida.
Una colección de experimentación audaz e hipnótica que asevera a King Gizzard como la banda más poderosa e intrépida en estos momentos. Una entrega que además nos deja ansiosos por poder conocer más de aquellas travesías viscerales y multi-coloridas sendas de hipnotismo ácido y reptiliano.