Comienza Halloween, una temporada de dulces y travesuras en que los niños van por dulces y los adultos festejan disfrazados de algún personaje de la cultura pop. Junto a esto, es que afloran las diversas cintas de terror que año a año buscan dejarte despierto hasta tardes horas de la noche. A lo que es innegable el admitir la necesaria presencia de una estremecedora melodía para entrar en los nervios de los espectadores.
¿Se pueden imaginar los clásicos más aclamados de la historia sin su respectiva banda sonora? Si hay un género que con el paso del tiempo ha cultivado una relación de completo mutualismo con sus arreglos, es el terror. Es por eso que este día de Halloween recordaremos aquellas bandas sonoras que no pueden dejar de escuchar si quieres realmente apreciar la magia del horror. Un listado de música que bien podría acompañar una cálida noche de escalofriante tensión.
El Bebé de Rosemary (1968)
¿Pueden imaginarse el pensar que están engendrando al retoño del diablo? En un ejemplo sin igual de excesiva tensión y suspenso, Mia Farrow protagoniza una de las piezas más clásicas del séptimo arte. Bajo el manto de la banda sonora del polaco Krzystof Komeda, “Lullaby” captura la oscura sensación de melancólico terror que una cinta tan referente al ocultismo puede tener. Cerrando una sesión de triste pesimismo, nunca un “la la la la” había sido tan tenebroso.
Los diversos arreglos de cuerdas son tan oníricos como potentes, concluyendo piezas que por sí mismas pueden adentrar en el suspenso tanto como las mismas imágenes. Con sonidos que bien podrían ser temas cálidos, las armonías se ordenan para perturbar al espectador, y resultar en una de las piezas más fundamentales del drama y terror universal.
Halloween (1978)
John Carpenter no solo tuvo la tarea de dirigir esta producción única de terror y suspenso, sino que además se encargó de preparar la misma banda sonora. El tema principal de “Halloween” es probablemente una de las piezas más reconocibles de terror presentes en el séptimo arte, lo cual vuelve sorprendente el saber que Carpenter habría admitido no saber tocar una nota previo a este filme. Con su característico compás en 5/4, te sumerge en un universo de completo miedo psicopático.
Michael Myers no se convertiría por nada en un ícono de la cultura pop, y junto a ello, “Halloween” en una de las cintas más influyentes del cine de horror. El ‘slasher’ nunca volvería a ser lo mismo, y tenemos a Carpenter para agradecer la existencia de decenas de miles de cintas referentes a un sociópata en busca de adolescentes para apuñalar. Y es que junto a la legendaria producción que envuelve a la cinta, siempre estará la perturbadora melodía de piano siguiéndola.
The Thing (1982)
En medio de la antártida es que “The Thing” de John Carpenter encuentra uno de los escenarios más solitarios y desesperanzadores para establecer su argumento. La historia de un grupo de científicos atrapados junto a una entidad la cual se adentra en sus cuerpos se combina con la potente claustrofobia de su escenario. Y con ellos, los maravillosos arreglos de Ennio Morricone ponen las piezas en su lugar para comenzar una travesía de tristeza y paranoia.
Conducido por arreglos de cuerdas y uno que otro montaje sonoro de sintetizador, la banda sonora toca los puntos correctos al instante de solidificar una desesperante jornada en el ártico. Con Kurt Russel de líder y la nieve a su alrededor, nada pacta más profundamente el miedo a lo desconocido que dulces acordes en escala menor sobre el piano de Morricone. Tan onírico como gélido.
28 Días Después (2002)
Durante todo el siglo 20, las películas de zombies no fueron más que un género de nicho, atrapadas en el cine de clase B. Entonces con la llegada del nuevo mileno el estilo vio una explosión de popularidad junto a cintas como “28 Días Después”, y con su sucia fotografía y tensa dirección, se acompañó del compositor John Murphy para producir varios de los cortes más escalofriantes del siglo.
“In the House – In a Heartbeat” es el tema que protagoniza el climax del filme. Una melodía que progresa en tensión pura, para explotar junto a potentes y distorsionadas guitarras eléctricas. El ritmo de la banda sonora maneja el suspenso al nivel de ser uno de lo más característicos del horror moderno. El trabajo de John Murphy no solo progresa a un nivel fílmico, sino que se convierte en un estilo propio de soledad y nihilismo.
It Follows (2014)
Dentro del horror contemporáneo han habido opiniones divisorias respecto a qué será recordado o no como un clásico. Y dentro de las cintas más conversada en los últimos años cae un pequeño trabajo independiente titulado “It Follows”. La película sigue un argumento convencional en que una chica es perseguida por una entidad invisible. No obstante es en su estilo ochentero que encuentra una mirada fresca y novedosa, acompañada de una banda sonora tan tensa como nostálgica. Disasterpeace se encargó de los arreglos, y su trabajo de synth pop emula tan bien el estilo de finales de siglo pasado, que es difícil pensar que no haya salido directo desde allí.
La posición de la música dentro de la película es tan fundamental, que se podría argumentar que sin ella la cinta caería estrepitosamente en su intento de imitar clásicos pasados. Con pulsos acelerados y melodías experimental, pone el tono justo en el punto necesario para preparar al espectador a una jornada de dulce y estridente terror.