Está a casi un mes de cumplir 50 años y, hace 21, fue mundialmente conocida por liderar una de las bandas de rock alternativo más populares y reconocidas de todas las esquinas musicales: Garbage. Shirley Manson es una femme fatale de tomo y lomo, a la que pareciera que los años, el rock, las giras y todo lo que conlleva ser un ícono de una generación y estilo musical muy particular, no dejan marca sobre ella. Luce increíblemente estupenda, con una cara frívola pero angelical a la vez, la que deja entre ver ciertos rasgos clásicos de la vejez, pero una belleza nórdica que no deja indiferente a nadie. Una muñeca de porcelana que pasó, radicalmente, del rojo fuego al rosado Barbie.
Sí, porque esa melena furiosa con la que la vimos la gran mayoría de las veces, y que marcaría la identidad rebelde y fuerte de la líder de Garbage, ha quedado atrás. Shirley Manson es una mujer que, a sus casi cinco décadas, reconoce sus inseguridades y miedos. Y a modo de reinvención en una edad tan significativa para las mujeres, decidió teñirse el pelo rosa: “Creo que ha sido la primera vez en toda mi vida en la que he visto mi reflejo y me he encontrado guapa. Y para eso tuvieron que pasar 48 años”, dijo en una entrevista. Por lo mismo, las letras de su más reciente disco, “Strange Little Birds”, abordan la lucha constante y la normalidad de la vida, al verse condimentada de fracasos y derrotas: “Los medios de comunicación nos hacen pensar que si no nos sentimos felices todo el tiempo hay algo que no funciona en nosotros, y no es así. Hay que experimentar el sufrimiento para poder experimentar una gran alegría”, explicó Manson a un medio español.
50 años no es nada
Quizás como toda mujer, Shirley Manson ha querido hacer una reflexión sobre su vida, en el ámbito personal y artístico como rostro principal de una banda que ha pasado por altos y bajos (como una separación de siete años). Sin dejarse engañar por los estereotipos actuales de belleza, perfección y vigencia, Manson prefiere pensar que es más importante desarrollar un buen trabajo profesional, sin necesidad de ser joven ni estar en los número uno constantemente, además de querer desligarse de esa incesante preocupación que existe por categorizar y evaluar a las cantantes femeninas, las que tienen que cumplir con expectativas que el mundo/público exigen sobre ellas, sobre todo cuando lideran la banda.
Con medio siglo de vida, Shirley enfatiza en lo privilegiada que se siente, pero en lo duro que es también cierta edad. Una celebración a un tiempo que se acaba, que va en cuenta regresiva, y que genera en Manson una necesidad de enfrentar el complejo proceso de envejecimiento. Sin embargo, dice sentirse mejor ahora que de joven, escenario difícil en tiempos donde las generaciones de mujeres le temen a envejecer: “Es triste ver que no quieren crecer ni ser empoderadas”.
Así, la líder de Garbage se deja ver absolutamente feminista, considerándolo un estado de igualdad frente a la sociedad. Y hoy, prefiere seguir rompiendo con los esquemas a comportarse como una adulta envejecida, según las reglas sociales que indican cómo ser a los 50. Y un simbolismo de eso es haberse teñido de un color tan infantil como el rosado. Para la revista Elle señaló: “No creo en la nostalgia, porque connota un deseo de volver a un momento preciso. Y no quiero volver. Quiero ver qué sigue. Eso, para mí, es mucho más interesante”. Con un pensamiento como ese, nos da a entender que Manson, y Garbage, hay para rato. Quien se vio alguna vez con apariencias un tanto dark, frívolas y hasta media gótica, hoy reaparece con un tono iluminado, una figura envidiable y una reinvención femenina, recalcando en su último disco que la vida es una, y hay que aprovecharla.
Garbage se presentará en nuestro país el próximo 14 de diciembre en Teatro Coliseo. Entradas a la venta vía PuntoTicket.
Por Carola Hidalgo.
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