Foo Fighters, The Coattail Riders, Chevy Metal, The Birds of Satan, Coheed and Cambria, Slash, Vasco Rossi y Brian May. El extenso recorrido de Taylor Hawkins obliga a tomar respiro: desde su incursión en la música a fines de los 90s, el histriónico baterista ha facturado un sonido único en su clase, decodificando el grunge en atmósferas modernas con influencias de décadas pasadas. Un historial que hoy suma un nuevo hito. El próximo 11 de noviembre editará su primer álbum en solitario.
En KOTA —nombre de la producción— Hawkins plasma su prolijidad en todos los instrumentos e incluso la voz. En total seis temas diferentes, que siguen una línea similar a lo cosechado bajo el alero de Dave Grohl. “Desde la ranura hipnótica de la primera pista ‘Range Rover Bitch’ hasta el cierre con ‘I’ve Got Some Not Being Around You To Do Today’, Hawkins mezcla influencias con un elenco de personajes para crear una meditación sobre la vida como una estrella de rock perdida en los suburbios. Se trata de una serie de viñetas cortas y dulces, luchando en honor a la tradición sonora de Blur y The Kinks”, expresa un comunicado de prensa.
Su primer adelanto Range Rover Bitch, transita por pasajes bastante melódicos siempre en un ambiente con predominio de cuerdas. Voces desenfrenadas en perfecto diálogo con los instrumentos. Una composición correcta pero que no lograr generar una mayor expectativa de cara a este “mini álbum”.
Taylor Hawkins nació en Forth Woth, Texas el 17 de febrero de 1972. Se inició en los estudios musicales cuando tan sólo era un niño para luego terminar una carrera de conservatorio en percusión clásica. Así mismo, es capaz de tocar otros instrumentos como son la guitarra y el piano, lo que le dota de una gran musicalidad. Desde que comenzó a tocar la batería y hasta ahora siempre ha citado como sus principales influencias a Stewart Copeland de The Police, y Roger Taylor de Queen. Sus grupos favoritos son los ya citados The Police y Queen, Jane’s Adiction, Led Zeppelin y Pink Floyd.
Taylor comenzó desde muy joven en bandas de su ciudad, pero la primera de la que se tienen referencias discográficas importantes es de una llamada Sylvia, en la que componía y tocaba la batería junto a unos amigos. Pronto le llegarían ofertas al destacar por su calidad y técnica, con lo que abandonó esta banda para formar parte de la Sass Jordan touring band, lo que elevó su reputación hasta acabar tocando con Alanis Morissette con la banda Sexual Chocolate. Acompañó a la cantante en su gira del Jagged Little Pill.