The Nowhere Inn no es una biopic. Menos un documental fidedigno de música. The Nowhere Inn es una experimentación respecto del documental musical tradicional y cómo lo conocemos. Es una ficción con todas sus letras, con muy poco sentido de la realidad. No esperamos ver este film y pensar que vamos a sentirnos más cercanos a los artistas acá representados, más bien esta obra es una crítica de justamente aquello: la representación cinematográfica y documental de artista y las capas de realidad en esta operación.
Dirigida por Bill Benz y expuesta como parte del Festival In-Edit en Santiago, esta película toma sus directrices del guión preparado entre el dúo Annie Clark y Carrie Brownstein, ambas las protagonistas de esta narrativa. Como acercamiento al documental es una reinterpretación de los clichés de la vida musical, con un script que ronda entre la comedia y suspenso psicológico armando la vida de tour -entre ficción y realidad- de St. Vincent en su era Masseduction específicamente el 2019 pre-pandemia. A grandes rasgos seguimos a Annie –la artista– a través del ojo de Carrie –su directora– y vemos cómo se quebranta la relación verídica en esta deconstrucción de la narrativa documental.
La idea de que el documental como género revela la verdadera identidad del músic@ es uno de los temas que ronda esta obra, y la posición que ambas artistas adoptan con el guión es obvia. En la representación no hay nada más que ficción. Cuando hablamos de este tipo de acercamientos audiovisuales, la vida de una persona está detalladamente editada, mostrando sólo partes y fragmentos de una rutina: sólo lo que el artista y directos nos quieren mostrar. Con The Nowhere Inn levamos esta idea al extremo, acá hay muy poca verdad y aquella tenemos que escarbarla entre la ficción quela rodea. Pero es justamente esta intención la que es muy refrescante y en línea con la propuesta artística de St. Vincent en sus personas o alter egos.
En nuestro review de su ´último álbum “Daddy’s Home” planteábamos lo siguiente de sus identidades artísticas: “Este sexto LP encuentra a la artista con 38 años y en su faceta más pura. Nos cuenta de su vida, nos cuenta de sus ambiciones pero aún sumida en un personaje que la recorre de pies a cabeza. Y esa es la manera en que ella quiere reflejar sus sensibilidades artísticas, tanto musicales como visuales, ridiculizando y experimentando con su imagen, su vestimenta, planteando diferentes identidades que confluyen en una Annie Clark.” Este extracto adhiere tanto a las ideas del personaje de “Daddy’s Home” como para su faceta previa en Masseduction, y finalmente la tesis de The Nowhere Inn: la vida como performance.
En vez de despojar las capas de ficción que rodean la vida del artista, acá nos despojamos de las capas de realidad; vemos como St. Vincent y Annie son dos partes de la misma persona, en el escenario y fuera de él. La gente quiere que seas interesante en ambas partes, que tu ser más personal y rutinario concuerde con las expectativas de la performance escénica, que seas alguien interesante más allá de la ficción performática. Y es por esta ruta que nos lleva este film, nos muestra la disparidad entre la persona que vemos en el escenario y la que vemos -o no vemos- fuera de él. Todo lo que vemos es ficción.
Vemos la disrupción narrativa y de los sentidos a través de referencias claras como Twin Peaks de David Lynch en la presentación de la canción homónima de la película, vemos la ridiculización de la vida tejana con un magnífico elenco de músicos, vemos cómo el descontrol se apropia de esta película. Cada hilo que manejan tanto Annie Clark como Carrie Brownstein, ya sea como creadoras del film o como actrices, es un elemento orquestado de la mejor manera posible. Esto es más que ficción, es una meta ficción en donde nada es tan certero como parece. Y al igual que su último LP, acá St. Vincent intenta controlar su propia narrativa y darnos a entender que tanto en el escenario como fuera de él las historias se pueden moldear, controlar y editar, y nada de lo que podamos ver de los artistas puede ser la completa representación de sus vidas y su verdad. Sólo vemos fragmentos, y cómo ellos calzan en nuestras psiques es un puzzle en sí mismo.
10/10