Marzo de 1989. Santiago era una ciudad que observaba cómo su país y mundo entero cambiaba a pasos frenéticos. El plebiscito realizado un año atrás había dicho que la nación toda quería elecciones presidenciales, sería el principio del fin al régimen militar; el comunismo imperante por décadas en Europa del Este caía paradojicamente a causa de revoluciones; y el Muro de Berlín que separó en dos sectores a Alemania, se derrumbaba para siempre. Bajo este contexto socio-cultural, Chile abría sus fronteras a la música con el primer megaconcierto realizado en los pastos del Estadio Nacional: Rod Stewart.
Fue un momento clave en materia de espectáculos. De dicha fecha en más, ilustres como Paul McCartney, Cindy Lauper, The Rolling Stones, y AC/DC fijaron su mirada en un territorio que parecía olvidado por los artistas de primer mundo. Hoy el panorama es sumamente decidor: un promedio de un megafestival por semestre, varios shows en el coloso ñuñoino a casa llena, y presentaciones prácticamente semanales de créditos emergentes, es lo que componen la agitada agenda musical capitalina. Lo recientemente dicho se puede comparar perfectamente con la actual realidad cubana, claro, haciendo un pequeño flashback.
La isla luego de retomar relaciones con Estados Unidos hace unos meses, presenció la llegada de la música “de exportación”. Primero fue Major Lazer en un multitudinario concierto en La Habana, y ahora fue The Rolling Stones que ante 450 mil personas escribió una página dorada en la historia reciente cultural
“Sabemos que años atrás era muy difícil escuchar nuestra música aquí en Cuba, pero aquí estamos tocando para ustedes. Definitivamente los tiempos están cambiando””, dijo un emocionado Mick Jagger antes de iniciar su presentación. Las primeras canciones que sonaron fueron Jumpin’ Jack Flash, It’s Only Rock ‘n’ Roll (But I Like It), Tumbling Dice, Out of Control, All Down the Line, y Angie.
“Durante décadas, fundamentalmente entre los años 60 y 80, el rock no era ‘bien recibido’ en la Cuba oficial.Nos llamaban ‘frikis’ a los que escuchábamos esa música. No la pasaban por las radios y nos pasábamos grabaciones entre amigos”, recuerda Ramón Silva, que ahora con 55 años pudo al fin ver un concierto de una banda internacional de rock como bien apunta PYD.
En medio de las canciones, Mick Jagger contó que en la noche previa toda la banda disfrutó de arroz con frijoles y después salió a un club llamado La casa de la Música. “Tomamos whisky, comimos, pero lo mejor de todo fue bailar rumba cubana”, contó Jagger.
En total 18 canciones resumidas en más de dos horas de presentación. Una ciudad alborotada y que paralizó su diario vivir en pro de las majestades satánicas.
Registro fidedigno
Este histórico momento quedará retratado en un próximo DVD de la gira “Olé” de los británicos. “La película que saldrá de estos recitales la está realizando la Productora J.A. Digital (misma que hizo ese gran concierto en Hyde Park) bajo la dirección de Paul Digdale y la producción de Simon Fisher y Sam Bridger. Están filmando en la mejor calidad: 5.1 para exhibirla en cines, con una fuerte sospecha de que podría proyectarse en pantallas gigantes (estilo IMAX)”, consignó Rock & Pop Argentina.
“El pasado 12 de febrero, un día antes de su último show en Argentina, Jagger sorprendió publicando fotos desde el mítico Cementerio de la Recoleta. Decía que estaba aprendiendo la historia de nuestro país pero nuestras fuentes confirman que estaba dando una entrevista para el DVD. El lugar fue aparentemente cerrado al público bajo la falsa excusa de una fumigación y fue elegido por el propio Mick. Dicen que el cantante googleó los lugares más icónicos de la Ciudad de Buenos Aires y le llamó la atención la tumba de Liliana Crociati de Szaszak, que muestra una escultura de una mujer con su perro, animal al que la gente le suele tocar el hocico”, agrega.