Hace un par de años se le podía encontrar fácil en los vagones del metro, escondiéndose de los guardias e introduciendo su persona a los pasajeros: beatbox y deleite para todos. Luego el regreso a casa para continuar con ensayo incesante siguiendo su pasión de ritmo y melodías. Tomazacre: autodidacta y con ganas de devorar el futuro, hoy en día no es solo un emblema de la escena internacional del beatbox, sino que autor y productor de su propia música, con varios singles y EPs bajo el brazo. Su último lanzamiento “Fuera de Servicio” data del 28 de febrero del presente año, y nos aventura en un nuevo capítulo de contemporánea melancolía hilado en relatos de amor.
Una entrevista, entonces, nos permitió conocer más de su persona: primer intento de llamada y se encontraba aún regreso a casa luego de ir por las compras. Unos minutos más tarde intentamos nuevamente establecer comunicación, y luego de un amigable saludo se le pide nos introduzca a su persona, ¿quién es Tomazacre?: “Tomazacre es un alter ego con una personalidad muy distinta a lo que es Tomás. De hecho siempre lo he visto como un personaje. Tiene un carácter agresivo, a veces romántico, pero es más que nada como un personaje de show. Siento que Tomazacre es todo lo que Tomás no es, todo lo que me hubiera gustado ser y lo que nunca pude con mi personalidad normal, y que lo logré a través de Tomazacre, que es un personaje”.
Su multifacética carrera le ha llevado a importantes instancias, donde el rodaje ha sido mayor en sus años de experiencia en el beatbox. Su destreza en ello le ha llevado a estar en lo alto del podio de la escena tanto nacional como internacional, consiguiendo el título de vicecampeón mundial en la Grand Beatbox Battle (GBB) del 2019. Respecto a cómo su trayectoria en el beatbox ha influenciado su carrera como músico independiente, dice le “sirve para hacer mis propias canciones y componer mejor. Por ejemplo teoría musical casi siempre tuve porque trabajé harto con músicos, tocando guitarra y haciendo weás. Pero lo que me faltaba era la parte rítmica”. Además de aquel aspecto compositivo que se condice con un aprendizaje motor en la coordinación de su cuerpo para producir música, también hay lecciones ligadas a su puesta en escena: “Me sirvió mucho para mejorar y tener desplante en el escenario, presencia escénica, saber cómo vestirme y aprender más que nada la vida de concierto y shows. Ha sido un desarrollo más artístico; me ha servido para poder aprender más de cómo cantar, como tener personalidad, cómo no cohibirme en el escenario”.
Al escuchar su música es sencillo entender que la trama está tejida en los cimientos del trap, aunque con tintes y guiños a diversos géneros que componen lo particular de su sonido. Es por ello que a la hora de referirse a sus influencias, dice sentirse “muy inspirado por Post Malone, porque siento que es como la clara referencia del mezclar trap con algo más melodico y algo distinto más que hablar de drogas, sexo, y todas las weás que hablan los reggaetoneros de ahora que hacen trap. Bueno, aparte de Post Malone también ha estado presente harto el rock, lo que escuchaba antes, weás más pesaditas como Marilyn Manson, Nirvana que lo escuchaba caleta, me gusta harto la música psicodélica.” No hay entonces un área común del espectro musical que encasille las influencias de Tomazacre, pues nos da a entender que las clasificaciones no dan abasto y “en realidad no podría encerrarme en un género, pero mis tres influencias máximas ahora son Post Malone, Travis Scott y Skrillex, que son los tres referentes máximos que tengo en cuanto a sonido, arte, y estética”.
Tomazacre además es el productor de sus propias composiciones, las cuales sujetan sus relatos románticos con una bella y nostálgica melancolía posmoderna. Estas decisiones artísticas son las que establecen los códigos que son parte de su lenguaje musical: así Tomazacre al describir su sonido nos cuenta que “lo que trato de hacer es tener una pista de trap y tratar de que la pista no sea genérica. Para mi un trap genérico es algo en lo que se repite la misma melodía cada dos compases y es todo el rato lo mismo, y que hable sobre tópicos como weas de armas, de drogas”. Es en este sentido que se muestra plenamente consciente de cómo aquellas temáticas no son menos por ser un cliché del género, sino que “hay muchos cantantes en Chile que se les da muy bien y que yo los respeto por cantar ese tipo de cosas, porque son situaciones que viven. Por ejemplo Pablo Chill-e se nota que vive lo que dicen sus canciones, pero yo no podría cantar lo mismo que el porque no tengo esa misma realidad”.
Su último EP “Fuera de Servicio” tiene una línea narrativa conducida por distintas posibilidades y escenarios de encuentros amorosos. En este mundo se retratan “más que nada situaciones ficticias. Historias de amor, historias tristes o cosas así como para llegar a la gente”, situándonos en un viaje de moderna melancolía. Agrega también que cuando escribe una canción, ésta “igual me llega, porque gran parte es muy real y son cosas que me pasaron, o a veces escribo una historia. Siempre trato de contar algo a través de mis canciones”. Es por ello que respecto a sus tópicos y contenido lírico, el artista confiesa que “la verdad no quería hacer un trabajo conceptual que fuera todo sobre lo mismo, en realidad solamente quería mezclar distintos sonidos, diferentes tópicos, pero todo dentro de lo mismo. Al final no es conceptual, pero todo el EP ronda al amor”.
Al contarnos sobre la manera en que quiso conducir la narrativa de este último lanzamiento, surge naturalmente la cuestión del por qué del título del EP y las implicancias de ello, donde Tomazacre relata que todo surgió por mera coincidencia: “Caminé muchos días previos a la cuarentena por las calles de santiago en búsqueda de mi mismo: estaba perdido y necesitaba hacer algo al respecto. Busqué cajeros automáticos para comprar algo para comer, y me topé con tres cajeros seguidos que decían ‘fuera de servicio’. Me quedó rondando, ¿qué pasaría si una persona ya no puede aguantar más?, ¿qué pasa si una persona ya no da, y está ‘Fuera de Servicio’? Me sentí en un punto tan triste por no poder encontrar plata que dije ‘este disco representa muchas cosas tristes de mi vida’, así que ya, fuera de servicio”.
“Haber viajado a Polonia por el Beatbox, y los primeros eventos que hice cantando” son los momentos que Tomazacre escoge relatar al ser consultado por eventos que hayan marcado su carrera. Y es por la esencia de ésta cuestión que se conduce enseguida a una respuesta sensible, indicándonos qué momentos han permeado su memoria emotiva durante su carrera. Allí destacan con mucho peso sus primeros eventos, “como el que hice al lanzar mi primer EP, de tres canciones” en la tienda Kush, aledaña a la casa colorada de Merced en pleno centro de Santiago. “Los primeros eventos siempre se toman con cariño, y ahora como no hay eventos acordarme de eso son como recuerdos bonitos, casi utópicos y nostálgicos. Ahora quiero aspirar a más, ya ni siquiera me importa tanto hacer shows, lo único que me importa ahora es poder hacer contenido para poder entregar más adelante en un show más preparado”.
Su participación en la GBB 2019, donde se convirtió en vicecampeón mundial luego de la final del certamen frente a D-low, es un momento en el que su “vida cambió de un momento a otro y fue muy drástico”. Antes de continuar solicitó una pausa: “dame un segundo. Con mayo y ketchup no más. Ya ahora sí”, dijo entre risas en antes de seguir con su relato, al indicar a alguien más sus preferencias culinarias a la hora del té. “Tuve que acostumbrarme a que me tildaran realmente como un famoso, siendo que yo no me siento como un famoso dentro de la escena. Tampoco soy famoso como Américo, como Lucho Jara, que son famosos de televisión y que todos conocen. Pero dentro de la escena de lo que yo hago, me convertí en uno de los más famosos al momento”.
La fama, sin embargo, no es algo que sienta del todo bien según indica Tomazacre. Hace un énfasis sobretodo en la inmediatez con la que consiguió ésta, pues “llegar a ese punto tan rápido fue como delirante”. Fue un cambio abrupto cuya primera evidencia se manifestó en sus redes sociales, esto porque en instagram pasó de “tener casi 10.000 seguidores que me había ganado con mucho esfuerzo durante años, a tener 160.000, y quedé pa’ la cagá. Yo no quería que llegara tan rápido”. El contraste se genera, entonces, por la manera en que ésta fama se adquirió, pues Tomazacre dice haberse esforzado “tanto y fue tan lento mi proceso, que de un momento a otro hago una competencia, quedo como casi mejor del mundo y ¡pam!, me disparé. Entonces como que fue rico, pero a veces me cuesta asimilarlo”.
Era cosa de tiempo para que aquellas cifras hicieran eco en su día a día, y así comenzaron a suceder “muchas cosas raras: de repente muchos me saludaran en la calle, como de hecho hoy día me pasó, así como ‘¡buena vo soy el Tomazacre de lo Beatbox weon!’. Y no sé, de repente me han pasado otras situaciones incómodas, que por ejemplo me saquen una foto por la espalda, o que niñas me comenten las fotos o me hablen por direct y me manden fotos desnudas ,¿cachai? Ese tipo de mierda: cosas que yo no pedí pero que pasan”.
El futuro se ve alentador para Tomazacre, no solo por la promesa que es su carrera, sino también por las buenas nuevas y sus proyectos actuales. Dice que con DJ Who firmó un contrato, y ahora el “es mi manager por siete años, y firmé en su sello que se llama Ruido Music, donde el está invirtiendo bastante dinero en mi; hicimos muchas canciones antes de que explotara la cuarentena, y ahora tengo un estudio en mi casa, donde me compré un micrófono, una interfaz, de hecho ahora fui a buscar un parlante para tener monitoreo”. El trabajo no cesa y Tomazacre promete nuevos lanzamientos, como un próximo EP “que se va a llamar ‘qd’, por ‘quarantine days’. Y nada, en realidad es un proyecto ya como para liberarme un poco”. Está trabajando también en un single doble llamado “XX” donde colaborará con Kirablum y Amikira: “estamos trabajando bastante últimamente en hacer toda la música”.
El joven de la RM se abre paso en el complejo mundo de la industria musical. Busca, de manera incesante, producir nuevo material para satisfacer a su fanaticada y, por qué no, capturar a algunos más con su fresco sonido. Aquella ambición lo moviliza no por los metros de santiago como antaño, armado solo con su micrófono y amplificador; lo mueve hoy por la vida de músico y escenarios, compitiendo también en las grandes ligas del beatbox. Juega a comerse el mundo.