Dentro de los primeros segundos de su nuevo trabajo, un abatido Troye Sivan nos reconoce que está “cansado de la ciudad”. El cantante no solo alude a su desgaste con la energía de Los Ángeles, sino también al regreso a su estimada Melbourne, urbe que lo vio crecer y dar sus primeros saltos en la música. Pero más allá de lo literal, esta frase captura un sentimiento globalmente compartido en nuestro presente contexto, el verdadero descontento de esta vida moderna, y la necesidad de cuestionarse a sí mismo, de preguntarse con sensatez el porqué de todo esto.
In A Dream, el cuarto EP formalmente lanzado por el australiano, abre un espacio para múltiples inquietudes de esta índole. Descrito como un proyecto que encapsula un período turbulento en su vida, este set de canciones no solo refuerza su sello personal, sino que alimenta sus habilidades compositivas con un carácter que delinea su cálida personalidad. Es una lástima que no estemos hablando de su tercer disco, considerando lo potente que es este material.
Es claro desde un principio que Troye Sivan está en el proceso de figurarse algunas cosas con respecto a su dirección artística. Esta pequeña colección se desmarca del dance celebratorio y jovial de su revelador álbum previo, Bloom (2018), y cada pieza se levanta como su propio mundo independiente. Esto, aunque le brinda al conjunto una calidad de campo de pruebas, libera al artista por completo de las restricciones estilísticas de sus lanzamientos previos.
“El cantante se empuja hacia rincones sin salida, confrontando emociones complicadas sin optimismos ciegos”
Este nuevo enfoque ha derivado en una singular paleta sonora. “Easy” e “IN A DREAM” incorporan diferentes matices de rock, la primera rozando el terreno de los solemnes himnos de Future Islands, dotada de un peculiar y encantador solo de flauta. La segunda es un número propulsivo de synth-rock robustecida con una melodía vagamente psicodélica. “STUD” incluye claustrofóbica producción house de club, mientras “Rager teenager!” adquiere peso a través de los intensos beats colapsantes del glitch.
Tal como la música explora nuevos extremos para lo que comprende una composición de Troye, de igual modo lo hace la lírica. El cantante se empuja hacia rincones sin salida, confrontando emociones complicadas sin optimismos ciegos. Por ejemplo, “Easy” lo encuentra obligado a lidiar con el colapso de una relación que podría bien ser su responsabilidad. “¿Qué diablos hicimos? / Dime que lo superaremos”, canta intentando aferrarse a una esperanza debilitada de reconciliarse. En el adrenalínico cierre de la canción titular, este fantasma vuelve para acecharlo en su inconsciente por las noches, “sólo haciendo esto más difícil / porque aún tengo que ver tu cara”.
Otros segmentos reconocen la universidad en las inseguridades que aquejan al joven. “Rager teenager!” es el lamento por la pérdida que todos conocemos al entrar en la hostilidad de la adultez, una carta de amor al adolescente que sólo desea volverse loco y probar nuevas experiencias. “STUD” engaña con su apariencia, una adulación al ideal tóxico del cuerpo masculino, que oculta en sí el triste desprecio que muchos jóvenes homosexuales sienten por sus cuerpos, y sus incesantes búsquedas por la validación.
Ningún otro momento acá encapsula ansiedad y melancolía como la increíble “Take Yourself Home”. Una conmovedora pieza meditativa, la canción presenta pugnas internas con el materialismo y la superficialidad de la vida moderna, sobre una nostálgica melodía y una guitarra casi bossa nova, que luego de tres minutos da paso a una magnificente estocada de pop industrial. “Take Yourself Home” representa un nuevo inicio para el cantautor a través de su oferta más arriesgada y experimental a la fecha.
In A Dream será ligero en duración, pero posee una potente riqueza emocional, impulsada por una propuesta musical revigorizada y atrevida que además demuestra por qué el EP sigue siendo un medio vital, indispensable para el proceso artístico. Troye Sivan está forjando un camino propio, despojándose de expectativas innecesarias. Llevándose a sí mismo a casa, el joven músico se recalibra, produciendo las mejores composiciones de su carrera, dejando la puerta abierta para un futuro excitante.