Hidden tracks es un termino algo obsoleto; “Her Majesty” en “Abbey Road”, o el gibberish que se oye al final de “Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band” son dos de los más icónicos que hay, posiblemente por pertenecer a la banda más exitosa que ha habido. Pero ejemplos hay de sobra: The Clash, Lauryn Hill, Coldplay, Nirvana, e incluso 31 minutos en el final de su primer álbum, donde Juanín Juan Harry tiene una misteriosa aparición a la Twin Peaks con una frase en reversa. Estos tracks o segmentos siempre han estado relegados a un espacio de menor relevancia en los álbumes, pues similar es el caso de los bonus tracks que aparecen en las Deluxe Editions de algunos de nuestros LP favoritos: los extraviados que no dieron con el corte final. Sin embargo nuestra cita en este artículo no guarda relación exclusiva con ello, sino con un animal extraño que surgió hace algunos meses: esto es gracias a uno de los mejores lanzamientos del 2019, “IGOR” de Tyler, The Creator.
La pequeña joya a la que nos referimos se llama “BOYFRIEND”, y es exclusiva para quienes tengan una copia física de IGOR (o para los que estén dispuestos a gastar unos cuantos segundos buscando en YouTube). Se ubica luego de “I THINK” y reemplaza a “EXACTLY WHAT YOU RUN FROM YOU END UP CHASING”, un breve interludio que de todas formas está incluido en el final de “BOYFRIEND”. Dada su disposición en el álbum, ¿es este realmente un bonus track, un hidden track, o algo más? Escenario poco común pues este tema vendría a ocupar un espacio importante dentro del álbum: está enlistado oficialmente como la cuarta pista del LP, y vuelve más confusa aún su situación cuando sus copias digitales tienen un tracklist distinto. Una decisión interesante por decir menos.
Este nuevo track 4 es genial, pues para quienes le han dado play a su copia física se han encontrado con un enorme plot twist al oír la introducción de Charlie Wilson, en desmedro del interludio que acostumbramos vía streaming. “BOYFRIEND” continúa con la tónica de desamor que es el núcleo de IGOR, y añade una nueva capa de profundidad respecto al deseo de nuestro protagonista de ser aquella amada persona especial.
Sospechas y discusiones del por qué de este escenario hay en gran número. Sin embargo no es tanto la razón la que nos deja en jaque sino las consecuencias de ésta acción: contamos con dos versiones oficiales de IGOR. ¿Los críticos de música deberán hacer otras reseñas de éste álbum dada su particular naturaleza, o solo se ignorará la existencia de “BOYFRIEND”? Una jugada que le vuelve a dar poder al objeto, y es que entrega razones adicionales para reencantarse con la experiencia de tener un álbum en tus manos. ¿Por el arte, el booklet, o por “BOYFRIEND”?
Esta jugada de Tyler es un golpe en la cara, te despierta de aquel estado de relajo que se tiene al escuchar mil veces el mismo álbum: nos desarma y sitúa delicadamente en un nuevo escenario, desconocido pero deseado. Contenido extra cuyas armonías entre el piano y las voces construyen un delirio emocionante, lo que es complementado a posterior con los saturados sintetizadores que son parte esencial de la arquitectura de IGOR. Un nuevo aporte que no sabíamos necesitábamos, pero termina de armar con melancólica precisión la bella experiencia que nos ofrece Tyler, The Creator.
El regalo de “BOYFRIEND” no es solo para IGOR, sino para expandir la gloriosa experiencia del objeto.