Valentina Gutiérrez es una joven ilustradora de la región de Valparaíso, quien vio en las animaciones que acompañaron sus tardes y las tardes de una generación completa, una herramienta política plebiscitaria que pusiera en jaque los paradigmas adultocentristas que tienen las consignas en estas franjas electorales. Sobre esto, nos comenta que “La verdad es que nació de algo súper simple. Yo estaba viendo la película de Arnold, y estaba cómo toda la onda del apruebo recién, mucho antes de que empezara la franja; y sólo estaba viendo la película y ahí estaban peleando porque iban a destruir el barrio de Arnold porque iban a hacer un mall; todos los vecinos se organizaron para que no destruyeran la ciudad (…) Y desde ahí salió un pensamiento X y dije ‘Yo creo que Arnold y su familia votarían por el Apruebo’. Y ahí hice el primer mono del apruebo, que en verdad es Arnold, Yerald y Helga. Después dije ‘Ya, pero los abuelos de Arnold son muy bacanes’, entonces hice otro con los abuelos, y así fue sólo como que empecé a pensar en los monos que yo veía cuando chica y qué monos yo creía que iban a aprobar”.
Por otra parte, una de las ilustraciones más icónicas de su feed de Instagram, el cual actualmente se transforma en su verdadero portafolio digital en el cual somos testigos de la potente versatilidad de la joven artista, nos referimos a la imagen de las mujeres más empoderadas de la serie Rugrats, y sobre este proceso creativo en particular nos comenta que “Al principio sólo se me ocurrió hacer [una ilustración] de los papás de los Rugrats en general. Y empecé a buscar imágenes y después dije ‘No, no quiero trabajar con los hombres de los Rugrats, quiero trabajar con las mujeres. Pero la mamá de Tommy, no me hacía mucho sentido ponerla a ella, entonces la descarté. Y desde ahí empecé a pensar en la mujer empoderada, porque estas fueron las primeras referentes que yo tuve de mujeres empoderadas, porque son monitos que yo veía de cuando era súper chica y siempre me acuerdo porque también han hecho mil memes de la mamá de Angélica diciendo que ‘Angélica debe sudar autoestima, porque sino nadie la va a respetar’, y la mamá de los gemelos fue lo mismo, entonces fue empezar a ver que las dos eran muy feministas y que las dos tenían un discurso super fuerte y consecuente durante toda la serie”
Por otra parte, la acción creativa que emerge como imperativa en sus direccionamientos políticos, también tienen una base genuina de crítica y rememoración de la infancia, su infancia como transformadora en la resistencia política que crea por medio de estas creaciones artísticas, es por esto que el adultocentrismo es puesto como una variable emplazadora a toda la ciudadanía que fue niñe y que votará el próximo 25 de octubre. Ante estas premisas Valentina nos comenta que “La verdad es que en un comienzo no fue como algo premeditado, como que no me propuse hacer una crítica al adultocentrismo; pero después comencé a darme cuenta de que en verdad sí, porque hasta yo misma sentía que estaba poniendo únicamente a los adultos de las series porque sabía que los niños dentro de cierta forma no podían votar. Igual me generó cierta molestia y empecé a investigar y siento que claro que sí, hablando de todo el movimiento social que está pasando, siento que poco se ha hablado de les niñes y sus necesidades, y también de la poca importancia que les damos a nivel país al bienestar de los niños, porque hay una institución nefasta que de verdad ha estado en tela de juicio mil veces y aún no se hace nada por proteger a niños que de verdad no tienen otra protección, porque los sacaron de familias vulnerables y los meten a un lugar peor”.
“Como sociedad existe una cuestión de que ‘yo cómo adulto me hago responsable de ti como niño, entonces yo te alimento, te cuido, te protejo, pero tu me debes algo a mi. Tu tiene un deber conmigo de obedecerme, de hacerme caso porque yo tengo la razón‘, entonces siento que en muchos casos no se respeta el querer de los niños”
Continuando en esta reflexiva, es que nuestra joven artista nos lleva a interactuar con su infancia, con esa pequeña Valentina que hoy estructura su acción política reivindicativa y de recuperación histórica. Es por esto que nos comenta su profunda relación con el arte a modo de aproximación contextual “Esto comenzó de cuando era super chica, yo tuve un privilegio. Mi mamá trabajaba en la corporación de asistencia judicial y ellos hasta cierta edad le pagan el jardín a mi mamá, independiente del jardín que eligiera (…) y en ese jardín tuve buenas bases artísticas y además tuve buenas bases de inglés porque en el jardín todo se hacía en inglés. Entonces desde chica empecé a normalizar [el arte], era parte de mi día a día (…) Luego yo empecé a crecer y me empezó a gustar dibujar porque era chica no más. Pero desde el jardín vieron que tengo cómo talento (…) Y la verdad es que mis papás también lo potenciaron, porque para ellos no era algo malo, desde chica siempre le pedía lápices, bloc, hice algunos talleres y siempre me apoyaron en ese sentido. Aunque yo creo que ellos jamás esperaron que yo quisiera estudiar artes después”.
Desde su propio contexto, es que Valentina identifica diversas falencias en el sistema educativo en lo relativo al ámbito artístico, pero también reflexiona respecto al nulo compromiso estatal con las artes y la cultura “Yo entré a estudiar licenciatura en artes haciéndole el quite a la pedagogía, porque yo sentía que a los profes de arte del colegio se les daba muy poca importancia, entonces yo me enfrenté a mis clases de artes en el colegio, donde un profe de artes que estaba totalmente capacitado, que hacía clases en buenos lugares, que había tenido una buena enseñanza tenía que hacer trabajos muy básicos, cero artísticos porque la mayoría de las personas que habían tomado el electivo no les interesaba, era como un ramo más y lo consideraban algo fácil. Y desde ahí, yo siempre dije que no quería estudiar pedagogía porque no quiero tener alumnos que no quieran aprender nada, como que van a ver mi ramo como relleno, y yo entré a estudiar con ese pensamiento, y dentro cómo que cambió todo. Yo ahora quiero terminar esta carrera, sacar la pedagogía que son como dos años más, porque me di cuenta de lo importante que es para les niñes desde muy pequeños aprendan sobre arte, tanto como de historia del arte cómo técnicas, porque los ayuda a desarrollarse tanto emocionalmente como motrizmente y creas seres mucho más sensibles y empáticos”.
“En Chile el arte debe ser igual de importante que asignaturas como lenguaje, matemáticas e historia. Y quizás la sociedad chilena no lo va a tomar así, porque en Chile el arte se valora muy poco, pero yo creo que debiese ser algo trascendental para cualquier colegio, no importa tu clase social, no importa nada (…) En nuestro país hay un vacío enorme en cuánto a educación artística y este vacío es también sumamente elitista. Porque si tu hablas con un niño de un colegio particular, que estuvo toda la vida en un colegio pagado, ese niño sabe mucho más de arte y de historia del arte que un niño de un colegio público que jamás tuvo una clase de artes (…) que jamás tuvo una base teórica, donde no aprendieron nada de historia del arte, no sabe nombres de pintores y no tienen ninguna base.
Desde su posición feminista, Vlphard también reconoce las diversos sesgos género que hay dentro del circuito artístico agregando que “Existe una brecha enorme, no tanto en las escuelas, pero hay muchas brechas que sortear todavía. A nivel mundial el promedio de mujeres que exponen en un museo del total de las obras que este tiene, es sólo del 20%, las mujeres no usamos más espacio. De hecho, las guerrilla girls en 1986 confirmaron que estadísticamente en em MoMA había un 4% de mujeres artistas exponiendo, pero había un 76% de las obras totales que eran desnudos femeninos, es decir, para el mundo del arte, la mujer no es artista, es musa, históricamente las mujeres han sido musas. Durante la historia del arte las mujeres han tenido que usar seudónimos masculinos para poder tener un espacio en el arte, siendo que son igual o más talentosas”.
A horas de dar inicio a un proceso histórico, Valentina nos comparte sus principales recomendaciones para ir a votar este domingo y no morir en el intento: “Me estoy preparando para ir a votar sin coronavirus. Estoy encerrada igual y muy histérica, me volvió la histeria del coronavirus y ando desinfectando todo, porque pienso ‘si me da después, me da lo mismo. Pero si me da antes, y no voy a poder votar, me voy a sentir super mal’. Y respecto a los elementos indispensables nos comenta que va “obviamente con mi lápiz pasta azul y con su repuesto y doble mascarilla. Una recomendación para la gente, tienen que llevar una mascarilla y lápiz azul repuesto. No vayan con nada que diga apruebo o rechazo, porque no los van a dejar votar y que nos cuidemos. Hay que tomar las medidas para que nuestro voto sea válido y que la gente vaya a votar, que no descansen en que el voto no es obligatorio. Por favor que la gente vaya a votar porque tenemos una oportunidad única en la historia de poder hacer valer nuestra voz y cambiar esa constitución nefasta que tenemos desde la dictadura, entonces ahora tenemos la oportunidad de que la gente vaya a votar y es súper importante que la gente lo haga”.