Si bien su sonido denotaba una amplia madurez como músicos, el último disco de Vampire Weekend, «Moderns Vampires of the City» dejó bastante que desear. A pesar de que la crítica lo colocó entre los mejores registros del 2013, la homogeneidad y poca innovación lograban que más que bailar, termináramos bostezando. Desde dicho lanzamiento ya han pasado más de dos años, tiempo ideal para pensar ya en un nuevo registro, pero los hombres tras «Cousins» dieron un paso al costado.
Aparte de que tres de sus cuatro integrantes (Rostam Batmanglijj, Chris Baio y Ezra Koening) se embarcan de lleno en sus proyectos solistas, por ahora no existen las ganas de grabar un cuarto largaduración. Al menos así lo expresó el citado teclista del conjunto en entrevista con Pitchfork.
«Es demasiado pronto para hablar de un nuevo disco de Vampire Weekend. Siempre estoy haciendo beats, y cuándo puedo escuchar en mi cabeza a Ezra cantando en uno de ellos se lo envío. Esa es una de las formas en que siempre hemos trabajado juntos».
¿Una muy necesaria evolución en el sonido de la banda? Rostman dio escuetas intenciones: «Espero hacer un disco que interactúe con la cultura en un sentido cada vez mayor. Eso es algo a lo que aspirar».
No olvidemos que su anterior producción se inspiró principalmente en la penumbra de New York: «La mayoría de las canciones comenzaron de una o dos formas: ya sea con Rostam creando una pieza de música que a menudo incluye la batería, el bajo y los acordes y enviándoselos a Ezra para que escribiera las letras y melodías, para luego juntos esculpir cada pieza. El álbum tiene una grandeza y el romanticismo que evoca la ciudad donde fue concebido. Órganos de Iglesia, bajo sintetizador, batería profunda, coros cantados en latín se combinan con el clásico Vampire Weekend», expresa en su página Lollapalooza.
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