Los ecos de Radiohead comienzan a diluirse, y el grito en solitario de sus componentes adquiere nuevas alturas: el viernes pasado Thom Yorke inició una nueva gira solista por Norteamérica, en un set sin muchas sorpresas pero acorde a su calidad de ícono musical, de aquellos que re-definieron los paradigmas a la hora de concebir y componer.
En específico, fue en Filadelfia, en el Franklin Music Hall, un pequeño aforo con una capacidad aproximada de 3.000 personas. Un Yorke que apuesta por la intimidad, en la que su música abraza y eclipsa sentimientos. Sonó su obra con Atoms for Peace, y lógicamente trabajo en solitario. Nada para Radiohead, y sólo una canción del soundtrack de Suspiria -«Unmade» en específico-; la experiencia que ofrece el británico va más allá de covers y banderas de «recuerdo». Un músico en plena madurez.
19 canciones con Yorke alternándose entre performance vocales, y teclas, apoyado por hipnóticas visuales. Conciso, simple, minimalista.
Recordemos que en entrevista con El Mondo, Yorke afirmó que sus planes para 2019 son la creación de un nuevo LP bajo su propio nombre. Nigel Godrich será el encargado de la producción.
«No tenía el deseo de hacer música cargada políticamente, pero todo lo que hago va para ese lado. Estoy intentando finalizar un disco con Nigel, y va por ese lado. Es algo que siempre está ahí», explica.
¿Sonido? Una vez más el británico saldrá de su zona de comfort, apostando por cambiar algunas técnicas en la gestación de los sonidos. «Es bastante electrónico, pero muy diferente a todo lo que he hecho hasta ahora. El método ha sido el opuesto a depender de computadoras. Es un proceso extraño el que utilizamos para hacer una canción en el estudio, lo rompemos luego de eso, lo reconstruimos con una mezcla en vivo y sale algo diferente nuevamente, y eso es lo que grabamos. Hemos improvisado con muchos sonidos y efecto. Ha sido una manera bastante extraña de hacer un disco, lo cual es muy emocionante».
Una nueva frontera del ‘sonido Yorke’. Suspiria obtuvo positivos comentarios, siendo catalogado por Independent como un registro que «como un hechizo, te pone en un profundo trance». «Es un giro intrigante para Yorke, que sigue encontrando nuevas formas de inquietar y deleitar a los oyentes después de todos estos años como uno de los fantasmas más grandes de la noche», puntualiza por su parte Rolling Stone.
