Por estos días el icónico Beto Cuevas no se ha sentido del todo optimista con la situación que mantiene a la humanidad en esta especie de cautiverio que hace ya más de un mes nos agarró por sorpresa. Mientras algunos esperan con una forzada esperanza regresar a la “normalidad” en unos cuantos meses, otros ya se resignan a un cambio de paradigma al que quizá deberíamos comenzar a acostumbrarnos.
Al menos así lo ve el ex vocalista de La Ley, quien hace unas semanas aseguró en una entrevista con Radio Futuro que “no vamos a volver a ver shows en vivo antes del 2021, y quizá hasta el 2022” y que incluso la pandemia de Covid-19 podría ser solo el inicio, ya que “no es una cosa que va a terminar y va a pasar, vamos a comenzar a vivir nuevas situaciones como estas”.
Sin embargo los ánimos eran muy distintos durante este verano, ya que el autor de “Prisioneros de la Piel” se encontraba comenzando un agitado 2020, con una gira que lo llevó a protagonizar una nueva versión de “Jesucristo Superestrella”, mientras preparaba su debut en Lollapalooza 2020, donde además de sus clásicos junto a La Ley y en solitario, presentaría su más reciente disco “Colateral” lanzado a finales del 2019.
Fue justo durante ese periodo en que logramos conversar con Beto, quien desde su residencia en Los Ángeles (Estados Unidos), nos adelantó su entusiasmo por participar por primera vez en el evento que a estas alturas, podría parecer una deuda en su carrera. “Conozco el festival desde que empezó en Estados Unidos y me parece que es una marca que ha crecido tremendamente en el tiempo y que le da la oportunidad no solo a los artistas consagrados que todos conocemos, sino que también a todas las nuevas generaciones de músicos que están abriéndose camino. Me encanta también que se mezclan estilos musicales, porque originalmente era un festival de rock y ahora es multi-estilístico y multicultural”.
El cantante también valora la oportunidad de poder nutrirse de una gran variedad de propuestas artísticas en instancias como esta, abriéndose incluso a la posibilidad de probar nuevas sonoridades tan alejadas de su discografía como lo podría ser el folclor mexicano. “Hace un tiempo estuve en Guadalajara, por una función de Jesucristo Superestrella. Cuando terminó, nos fuimos con toda la compañía a un local que se llama `La Casa del Mariachi` y allí me invitaron a cantar al escenario, donde yo canté “El Rey” de José Alfredo Jiménez, y realmente me sentí muy bien haciendo algo así. Como que pensé que me encantaría grabar canciones mariachi o tal vez versiones de mis canciones en ese estilo ¿y por qué no? sí finalmente es cuestión de producción”.
Aunque abierto a las posibilidades, Beto Cuevas tampoco le dice que sí a todo. Muy fiel a su sello, el cantautor confiesa que en más de una oportunidad le han ofrecido acercar su trabajo a sonidos urbanos que hoy dominan las tendencias y charts de reproducción. “No acepté nunca, no porque tenga algo contra del género urbano, que me puede parecer muy entretenido en una fiesta, pero no es lo que yo hago (…) Nosotros como grupo siempre tomamos nuestras decisiones artísticas, nunca hubo alguien que nos dijera que es lo que teníamos que hacer (…) Yo pienso que finalmente eso es parte de lo que es ser un artista propositivo y compositor. Siento que por un lado, en el mundo de la música popular hay una tendencia en que todo se urbaniza y todo suena a eso porque según los medios de comunicación es lo que vende, pero hacer música o ser artista no siempre tiene que ser para vender (…) eso es algo que hay que separar.”
Tejedores de Ilusión
Pese a contar con líricas de protesta en clave prosa dentro de discos como “Invisible” o el homónimo de 1993 junto a La Ley, el intérprete dice preferir mantenerse hoy en día al margen de discursos y debates políticos. En esa línea, Cuevas explica que “yo creo que el artista tiene el derecho, aunque no se sí el deber de expresarse sobre las situaciones que sucedan, ya sean políticas o personales. Nuestro deber es ser honestos con nosotros mismos y con el público que tenemos, y sí tenemos el derecho de expresarnos como queramos sobre distintas cosas ya sea con una canción o abiertamente”.
“Personalmente a mi me da asco la política en el mundo, no solamente en mi país, me parece que los políticos son ilusionistas y engañadores por excelencia, de cualquier lado que vengan, todos son iguales. Tú puedes elegir denunciar eso, pero cuando ya todo el mundo lo está haciendo, se convierte en un lugar común”, detalla el autor de “Requiem de Amor”, sobre su postura respecto a su rol como artista frente a situaciones como lo fue el estallido social que vivió Chile hace algunos meses atrás.
Sobre esto último, el artista afirma estar “de acuerdo con que haya igualdad, no más abusos y tantas diferencias abismales en las que un pequeño porcentaje de la sociedad chilena tiene un gran porcentaje de los recursos del país, eso tiene que estar más balanceado ¿cómo se balancea? no sé, ojalá a través de una nueva constitución”. Sin embargo, las formas de cambiar estos paradigmas son las que acomplejan al cantante quien dice no aprobar el uso de la violencia ya que “engendra más violencia y no genera nada positivo”.
Estas opiniones significaron un problema para Beto al menos en redes sociales, donde recibió una gran cantidad de críticas principalmente por no haberse encontrado en el país durante las semanas de represión y asesinato sistemático encabezadas por Sebastián Piñera. Frente a estas reacciones, el músico aseguró sentirse discriminado, acusando que “¿acaso porque no vivo en mi país no soy más chileno? ¿no puedo opinar de las cosas que pasan en el mundo? Claro que sí (…) creo que hoy en la era mediática, para algunas personas si tu no estás de acuerdo con la opinión de ciertos grupos pues hay que callarse, y eso me huele a dictadura. No estoy de acuerdo con eso, no creo que sea correcto y creo que tenemos que comenzar a volver al respeto y tolerancia de diferentes opiniones”.
Pese al encontrón digital, el intérprete está expectante con la idea de que “puedan haber cambios importantes y definitivos en la sociedad chilena y en el mundo en general. Esas diferencias que estamos denunciando muchos en Chile, créeme que suceden también en todo el mundo (..) Me parece que la gente se tiene que informar y salir un poco de su burbuja. Seguimos a influencers, youtubers, pero no siempre son personas con los valores o información correcta. Hay que aplicar criterio, hay que educarse”.