El pasado fin de semana, la banda originaria de Virginia lanzó su último trabajo discográfico titulado “Making a Door Less Open”, el que sin duda viene un sonido vanguardista, innovador, pero siempre fiel al carácter de Car Seat Headrest.
Sobre este más reciente lanzamiento, la banda nos adelantó de este trabajo por medio del videoclip “Hollywood”, el que por lo demás fue el favorito del mes de abril de Cancha General (lista que puedes revisar acá). Sin duda alguna que el lanzamiento este video nos aproximó levemente a lo que sería “Making a Door Less Open”, pero a decir verdad, ese adelanto solo fue una mínima parte de lo que sería este lanzamiento.
Respecto a los trabajos antecesores de los nativos de Virginia, es plausible reconocer que se han caracterizado por esa esencia refractaria siempre consecuente a un baseline del tipo más emotivo, el que invita a reconocernos figurativamente en las líricas, y también invitarnos a viajar en sonidos potentes, envolventes y melancólicos. Bajo esta premisa es que “Twin Fantasy” se transformó en la esencia, el carácter, y también la definición del concepto de trabajo artístico de Car Seat Headrest, siendo así uno de los discos más aclamados y escuchados de la banda en Bandcamp, y también uno de los mejores discos de la década elegido por Cancha General. Es por esto que este lanzamiento se transforma en uno de los más esperados.
A modo de análisis global, “Making a Door Less Open” evidencia de forma certera que los años no han pasado en vano, que los años transcurridos desde “Twins of Denial” significaron profundas reflexiones y que todo el aprendizaje que han adquirido ha significado comprender nuevas formas de construir música, nuevas formas de construir un disco. Es por esto que este último álbum está marcado por la seguridad que sólo brindan los años de trayectoria, los trabajos realizados, y el infalible “ensayo y error”, lo que por consecuencia podemos evidenciar a lo largo de todo este LP: la banda comandada por Will Toledo no tiene miedo de probar nuevos estilos, nuevas pautas y también desestructurar el frame artístico de “Twin Fantasy”, “Twin Denial”, y por qué no, “Nervous Young Man”.
Respecto a las características técnicas del reciente lanzamiento, este cuenta con 11 tracks que nos transportan a diferentes estadios sonoros, argumentos líricos, críticas, y emotividades. En términos analíticos, este disco posee una ambivalencia interpretativa respecto a la producción, puesto que este disco, por un lado no presenta una línea conceptual con extralimitancias, lo que a lo largo de esos casi 47 minutos, no parecen darle una forma unificada a álbum. Mientras que por otra parte, la carencia de un concepto general posiciona a este disco como uno sin determinaciones, un álbum que fue hecho como un experimento desestructurante respecto a una dictadura estilística marcadas por los años de trayectoria.
En cuanto al espectro lírico, las 10 canciones que entran en esta categoría, Car Seat Headrest apostó por invitarnos a reflexionar sobre el punto de inflexión entre el comienzo de la vida interior y el mundo exterior, comprendiendo a este como un contexto complejo, e irónicamente enfermo, en sencillas palabras “makes me wanna puke”.
La carta de presentación de este nuevo álbum es “Weightlifters”, parada inicial en la que se presenta el disco a través de un sonido envolvente, una sonoridad más experimental que no deja de lado la potencia de la percusión tan característica de la banda. Seguido de eso, con una halo completamente opuesto nos encontramos a “Can’t Cool Me Down”, que nos remite a una suave melancolía, la que nos invita a bailar a través de ese teclado poco pretencioso, pero sumamente notorio, sumado a un bajo que es incuestionablemente relevante al momento de consagrar aquel sólido ritmo.
“I never see the threat too soon, The blood on the bandage, the ghost in the room”, resultan ser las primeras frases que dan vida a “Deadline (Hostiles)“, la tercera parada de este lanzamiento. Un track de un ritmo más relajado, pero con una letra sumamente introspectiva, apelando a esa sensación de desorientación, pero también de desencanto y despreocupación, una mixtura de sensaciones que se pueden resumir en “I was thinking people never change, But there’s a new taste of dread that I cannot explain”. Seguimos en el viaje de los Headrest, pero esta vez nos encontramos de frente con unas guitarras más pesadas, volvemos a ese sonido tan típico de los norteamericanos, siendo éste el inicio de “Hollywood”, tema que articula una dura crítica frente a la hegemonía de la industria cinematográfica más mainstream.
Entramos en los sintetizadores, una fórmula musical en la que se hace evidente la cabeza creativa de Will Toledo, un sonido más cercano a un electro, siendo esta una de las apuestas más osada de este disco, haciendo que “Hymn” se transforme en el dilema interno de Making a Door Less Open, “O te gusta, o la odias”, así sin más, porque para “Hymn” no existen medias tintas. Continuando en este viaje y la siguiente para le corresponde a “Martin”, una canción que comienza sin mayores ambiciones, acompañada únicamente de una guitarra, que de un momento a otro toma una potencia clave, una guitarra que acompaña y da vida a un track que posee una melodía sumamente vivaz. En cuanto a la lírica, si pudiésemos personificar a “Martin” y describirlo en una palabra sería: dudoso, puesto que a lo largo del track, son muchas las preguntas que tiene hacia “Justin”, quién no le contesta. Martin busca respuestas en Justin, quién está en otro lado, pero que vive en él, en otras palabras, Justin se transforma así en una extensión mística de Martin, quién avisa que “Justin, I will find you in the winter. I will find you”.
Embarcados en Making a Door Less Open, aparece “Deadline (Thoughtful)”, que es un cambio de ritmo, y también un cambio de emoción. Este track también viene a ser otra apuesta de la línea creativa de Toledo, quién a través de este tema nos invita a bailar. Es imperativo reconocer que aquí los verdaderos protagonista son los sintetizadores, voces distorsionadas, pero que al final del tema, todas las voces coinciden haciendo una especie de gran coro. Salimos de ese tema tan bailable, y nos vemos enfrentados a “What’s With You Lately”, donde la rítmica nos da una bofetada de realidad, introspección y cuestionamientos, y por medio de la lírica nos presenta la referencia de una otredad que no existe tácitamente, pero que existe en su memoria, la recuerda con el alma vívidamente con “You always said, ‘They’ll never break me'”, y le pregunta en sus recuerdos consternado, apesadumbrado, nostálgico y meláncolico a la figura de esa otredad en sus recuerdos “What’s with you lately?”.
Llegamos a la penúltima parada llamada “Life Worth Missing”, teclados se escuchan de fondo, Toledo al mando de una track que busca conectarse con esa fibra de la memoria emotiva, los arreglos de voz se hacen tan presentes como la influencia de Julian en The Strokes. Ésta construcción armónica no significa nada sin la articulación de una narrativa llena de desilusión, promesas sin cumplir, contradicciones frente al deseo de seguir vivo que se resumen en “Every life is a path worth following. When you put it into words it’s comfortingly bland”.
Pero en este viaje de los Headrest, nos encontramos con la máxima, siempre en eternas dicotomías narrativas, pero que intentan dar un vuelco levemente optimista frente a esa desesperanza a un colectivo social que no escatima en responsabilidades emocionales; construcciones culturales sobre lo que debe ser la vida en la sociedad de la interacción, pero que al vernos inmersos en este sistema social, no queda más que sucumbir a esa realidad que nos enseñaron: “Dear dad, I’m sorry, Thank you very much. What difference does it make when they throw you away?, Is anybody gonna ever hear what you had to say?”. Es por esto que “There Must Be More Than Blood” se lee como una reflexión crítica respecto a la vida que hoy llevamos, una vida fría a e indolente.
Finalmente entramos en lo que sería la última parada del viaje “Making a Door Less Open”, un viaje con altos y bajos, el que tiene un un orden similar a una montaña rusa. Un disco que tiene un poco de todo a nivel narrativo, pero que sin lugar a dudas, fue una apuesta potente en el desarrollo evolutivo de Car Seat Headrest. Nos despedimos de este viaje con “Famous”, una petición de ayuda, un llamado de auxilio frente al sentimiento constante de estar enfermo en vida y de la vida. Una narrativa que da cuenta del impacto de la indivilualidad respecto a la interacción social en comunidad, a la negativa de preocuparnos del sentimiento del otro, a la preponderancia del ensimismamiento como una práctica de vida, dónde al parecer la única salida que existe en ésta canción es “Change your Mind, Change your mind”.