En los tiempos de la reproductibilidad técnica en serie, cómo lo plantea Walter Benjamin, transformar la creación de indumentaria única e inigualable, es un acto de amor, resistencia y profunda reivindicación. Y bajo este halo es que se construyen las guitarras del Carmine Street Guitars, desde el oficio de aprendizaje mancomunado, colectivo y transgeneracional.
Este documental, lejos de presentar la historia de algún artista o banda, lo que nos muestra es la generativa de comunidad que existe en torno a la música en todo nivel. Esta premisa nos invita como aficionados, aficionades y aficionadas a repensar la música como una estructura colectiva de constante colaboración, es decir, los procesos creativos que tienen como protagonista a este magnífico arte, también se generan desde la creación de los instrumentos, espacios de grabación, integrantes de la banda, y más. Es por esta razón de las guitarras de la calle Carmine se transforman en una pieza más dentro de la vorágine musical.
Durante todo el largometraje somos testigos de las grandes figuras musicales que confían a ciegas en las manos de Rick Kelly y Cindy Hulej, quienes se conocen por medio del amor a la música y la carpintería, y sus mentes creativas se fusionan regalando exclusivas y minimalistas guitarras realizada con materia prima reciclada.
A medida que avanzamos, nos vamos vinculando afectivamente con nuestro protagonista y su hermoso y pequeño equipo, el que está compuesto por su madre y la recientemente mencionada Cindy Hulej. La composición del equipo que da vida a Carmine Street Guitars hace que la atmósfera artesana y familiar trascienda la pantalla; este ambiente que transmite paz y calma también simboliza un viaje en el tiempo, puesto que el nivel de rusticidad con el que se genera la esencia de este lugar, nos transporta a los locos años 60’s
Carmine Street Guistars es un perfecto documental contemplativo del arte y del oficio de la carpintería musical, la productibilidad única e irrepetible, la imaginativa de la creación artística, la customización que se transforma en una obra de arte, pero también performatividad en la puesta en escena. Pero lo que más destacan los artistas como Leeny Kaye, Bill Frisell, Eleanor Friedberger, Jamie Hince, Nels Cline, es la potencia y la calidad del sonido que poseen las guitarras hechas por Rick y Cindy.
La articulación de la historia local y el Zero Waste
Tal como se comentó en párrafos anteriores, gran parte de la esencia de las guitarras de la calle Carmine, es que la materia prima utilizada en todas las guitarras realizada proviene del reciclaje. En palabras de Rick, la madera que el utiliza data del siglo XIX, los que son obtenidos de edificios antiguos de New York. Una iniciativa que sin duda revoluciona la industria de la producción instrumental.
A su vez, es preciso destacar que cada pedazo de madera recuperado proviene de cascos históricos de New York, es decir, de antiguos bares del sector, cómo también de templos musulmanes. Este detalle no pasa desapercibido para ningún coleccionista de guitarras y/o instrumentos musicales, puesto que el mero hecho de tener en tus manos una guitarra hecha a mano ya la hace inmensamente codiciada, pero agregarle la variable histórica de las raíces de New York, sin duda hace que la guitarra tenga un valor emotivo impresionante.
Retomando la idea de la reproductibilidad técnica propuesto por Walter Benjamin (1936), en donde una de las ideas fuerzas que propone este autor es la reflexiva de que la reproducción en serie de insumos o piezas artísticas, suprime el aura propia de la acción artística; es que resulta preciso reflexionar sobre el modo en que muchas, muches y muchas consumimos música. Esto, debido a que la repetición en serie cambia la esencia socio-cultural del arte a todo nivel, transformando a este en un mero objeto sin el valor emotivo que tiene la reproductibilidad homemade, única e incomparable.
Bajo este manto, también es posible repensar la idea de la reproductibilidad técnica en contextos de emergencia climática, puesto que la producción en serie es una de las industrias más dañinas para nuestro ecosistema, y esto también es extensible a la industria del fast fashion y otros. Es por esto que Carmine Street Guitars no sólo simboliza el lugar mítico en el cual músicos icónicos como Lou Reed, confiaron en las manos de Rick y Cindy.
En efecto, Street Carmine Guitars se transforma en un agente de cambio que transgrede la producción industrial de los instrumentos en serie, puesto que no utilizan materia prima altamente contaminante, desarticulando hegemonización de la uniformidad de las guitarras como un mero objeto, transformando los instrumentos en piezas artísticas que da vida a las más bellas canciones de nuestras, nuestres y nuestros compositores.
Otro recomendado que aún puedes disfrutar en la décimo sexta versión del festival de documentales InEdit. Carmine Street Guitars llega como ese largometraje que entre hermosas historias y sorpresivas apariciones, nos invita a cuestionar la forma en que hacemos y disfrutamos música emplazándonos -desinteresadamente- a repensar el consumo por uno consciente y ecológicamente respetuoso.