Del centro de la Sala Metrónomo, bajo el foco de luz de un cuadrado que forman máquinas y tornamesas, Como Asesinar a Felipes irrumpe entre el público y con una postal de rap clásico (con la gente alrededor agitando sus brazos en vertical) marca el inicio del show de lanzamiento de “Naturaleza Muerta”, en sus palabras: su “séptimo viaje”, que a días del despegue del hangar ya destaca como uno de los discos del año.
El fraseo de Koala Contreras sólo se escucha desde los parlantes: en el epicentro, cuatro músicos se miran concentrados entre canciones del playlist de la fanaticada. “Formo parte de un engaño” y “Alerta Roja” se agitan desde un coro ruidoso. Más tarde, asoma un cuadro de breakdance y se forma otro círculo humano. Finaliza el primer acto.
Es momento del formato clásico: Koala Contreras (voz), DJ Spacio (tornamesas y efectos), Sebastián Muñoz (bajo), Felipe Salas (batería) y Cristián Gallardo (saxo alto y flauta traversa) se conforman en escena. Comienza “Naturaleza Muerta”, esta vez con “Días Oscuros” y la colaboración de Camila Moreno (ojalá no la última) que cabalga hábil sobre la arritmia de los C.A.F. Se suma un set de chelo y violín para “Busca La Paz” y luego la orquesta de percusión Avalancha y el poeta mapuche Mapurbe para “Ha Vuelto a Pasar”, momento cumbre del concierto. Entre medio pasó “Disparan (Fill the Skies)”, donde brilla la voz desgarrada de Chino Moreno desde el audio.
Tras un breve receso, viene el tercer acto y final: un vuelo por “Pájaros en Contra”, “Ya perdimos la paciencia” y “Exterior (Parte 1)”, con Koala Conteras colgando del micrófono exasperado a medida que modula crónicas que narra como arengas. “Síguela” y “III” complementan la danza en el ex Espacio Belloni, lugar oscuro y sonoramente efectivo que beneficia el trabajo lumínico y escenográfico que arropa a la banda, que a su vez ejecuta a los instrumentos a metros de una iconografía en altura que informa su nombre. “Nada más, nada menos” cierra el setlist y ofrecen la última referencia al público. C.A.F. termina su séptima operación entre aplausos y mucho humo. Ahora el objetivo es Europa, donde emprenderán una gira en las próximas semanas. Entre los asistentes, finalizado el show, reina la risotada nerviosa de quien fue por diversión a un teatro y a cambio recibe un asalto de improviso, catártico, performático, denso, existencial, psicodélico, y en buena parte: cafquiano.