Cada generación tiene sus chivos expiatorios. Si regresas la suficiente cantidad de tiempo atrás notarás cómo en cada porción de tiempo específica hubo un enemigo en común —cuando hablamos de música, al menos. Ahora es el trap, una década atrás era el reggaeton. Y, en algún momento, fue el disco. Probablemente nadie escribiendo o leyendo esto realmente vivió la era disco. Por lo mismo, el mundo se ha encargado de blanquear la historia de tal forma que siempre creamos que antes todo fue espectacular, y, en contraste, ahora todo terrible. Pero la cosa no fue así.
Quizá el ejemplo más directo al respecto son las bien documentadas manifestaciones en que amantes del rock —no iba a ser que no— se reunían a quemar vinilos de artistas como Village People y Donna Summer. Un hito extremo, pero real. Fue así, y seguirá pasando. Los hijos de nuestros hijos verán a los mayores exponentes de los géneros populares con nostalgia y se preguntarán “porqué no nací en los 2020s”.
Pero esta década trajo una sorpresa. Varias en realidad. Si ignoramos la desastrosa pandemia que nos tuvo meses aislados, un hito en común marcó las listas de éxitos de los inicios de este periodo: el regreso disco. En honor a la verdad, en realidad el disco nunca se fue, “Random Access Memories” fue publicado hace menos de una década, y en 2007 Calvin Harris declaraba “I Invented Disco”. Pero sí volvió una ola.
El caso más transparente fue el regreso de la ícono pop Kylie Minogue con su álbum de 2020 titulado, como no, “DISCO”. Una producción cargada de fuertes instrumentales. Ritmos psicóticos y un pop clásico y puro. Jessie Ware con “What’s Your Pleasure” publicó uno de los proyectos más amados y aclamados del año (número ocho en nuestra lista de mejores álbumes del 2020). Otro elepé fuerte en influencias clásicas, con carismáticas interpretaciones, mágicas composiciones, y una producción pulcra e hipnótica.
La corriente llamada “nu-disco” llegó a tales niveles que incluso los titanes del indie Tame Impala introdujeron influencias en su último trabajo “The Slow Rush”, más memorablemente reconocidas en su éxito “Borderline”. “Róisín Machine” de la irlandesa Róisín Murphy sería otro álbum con profundos trazos de disco, además de ser su trabajo más exitoso comercialmente hasta la fecha, a pesar de años de amor en los círculos independientes para la interprete. Todos proyectos con diversos elementos en común. Mezclas psicodélicas, con ritmos adictivos y, por supuesto, una fuerte sombra entre clásicos del género setentero.
No obstante, el elefante en la habitación es el caso más triunfante: “Future Nostalgia” de Dua Lipa. Si bien un trabajo igualmente comparable en calibre con varios de los proyectos previamente mencionados, se convertiría en un titán de las listas de éxitos. “Don’t Start Now” sería un éxito número 1, un ícono de la redes sociales, y posiblemente la canción de corte disco más popular en medio siglo. Sin embargo, el amor no empieza y termina en las listas comerciales. El álbum ascendió como uno de los mejores álbumes de 2020 en nuestra opinión, además de sostenerse en un 88 de 100 en metacritic, y ser catalogado como el mejor LP del año según diversas publicaciones especializadas.
La nostalgia es una droga. Pero tal como enaltece, también nubla. Y tal como el disco fue un día el paria, adorado por el público, pero detestado por los esnobs, llegó su momento de reencontrarse con el éxito crítico y popular. Artistas altamente populares como Dua Lipa reinventaron su imagen a través del disco, y alcanzaron la cima del Everest, tanto en apoyo comercial, como en el amor de la crítica especializada.
Es sencillo criticar aquello que es popular por el mero hecho de serlo. Y por supuesto, no todo lo que es popular es bueno. La relación a veces es nublosa. Lo que es más cierto, es que si tu momento no es ahora quizá sea en un par de años. Sería interesante saber qué pensarían aquellos espectadores que en los 70s no deseaban otra cosa que el disco se esfumara de la existencia, viendo como vuelve a escarbar su apoyo en los auriculares del planeta.
El disco, con sus pulsos poperos, altos instrumentales, y producciones magnéticas, toma su segundo aire en la nueva década. Serán exponentes como Dua Lipa y Jessie Ware quienes sostengan la antorcha por quién sabe cuánto tiempo se mantenga el movimiento. La historia tampoco partió por ellas, pero es difícil negar que sin su amor por el ritmo, estaría en la posición que vemos ahora. Una venganza por años de ninguneo, de simplismos burdos. Porque si podemos correr, por qué no bailar.
Dua Lipa presentará su “Future Nostalgia Tour” el próximo 16 de septiembre en el Estadio Bicentenario de la Florida.