El pasado viernes se sumó una nueva pista al cada vez más diverso circuito indie de Santiago. Festival Material, organizado por Denver, debutó en Espacio San Diego con un diverso e interesante cartel de artistas.
Espacio San Diego es un recinto que no se utiliza frecuentemente para realizar tocatas, y que los chicos de Material decidieron rescatar. Al ser un recinto techado, fue una buena elección considerando la alta temperatura que se vivió durante esa tarde. Aunque su capacidad ciertamente es limitada, funciona como una buena alternativa para realizar festivales o shows de mediana convocatoria.
Valentina Novales fue la apuesta para iniciar el festival, con un show muy distinto a lo que uno esperaría si se pone a escuchar su Soundcloud, uno con guitarras enchufadas y una explosión de energía que llegaba a su cúspide con la explosión de confetis en ciertas partes del show. Es una artista perteneciente al incipiente sello Umami Discos, que hizo de Material una vitrina para mostrar parte de su breve catálogo.
Amarga Marga, por su parte, utilizó su show para mostrar las canciones de “Dimensiones”, su recién estrenado disco. La banda de La Florida es capaz de enriquecer las atmósferas de sus presentaciones con su nuevo trabajo, un sonido más cargado al new wave ochentero, menos guitarras, y de mejor calidad.
El show de Yorka, por su parte, sigue un sonido más cargado al pop de guitarras, tal vez el número más tradicional entre la amalgama de géneros que desfilaron durante la jornada, pero aun así, cuentan con un repertorio capaz de convencer al que vino a verlos y a los neófitos. Destaca la decisión de incluir como una más de su banda a una joven que se dedicó, durante todo el show, a interpretar en lenguaje de señas las letras de los temas y cada una de las intervenciones que alguna de las dos cantantes realizaba.
Otro que brilló el viernes pasado fue Alejandro Paz. Con un sonido que fundía a Los Prisioneros y Electrodomésticos en su época ochentera con el house que lo hizo famoso. Fue capaz de sortear las peticiones espontáneas de quienes pedían alguno de sus clásicos como “El House” o “Vayánse”, con interesantes canciones apegadas a la pista de baile con matices pop.
Los horarios definidos para cada banda se fueron postergando a medida que avanzaba la jornada, hasta el punto en que el número final pisó el escenario con más de una hora de retraso. Sin embargo, siempre había algo que hacer.
En el sector trasero del recinto, y en medio de un agradable clima y decoración, se realizaron los tres conversatorios organizados por el festival como un espacio para discutir y transmitir ideas sobre la industria independiente en Chile. Es importante destacar que la organización se encargó de darles el mismo espacio a actores que recién empiezan a surgir, pero que ya constituyen un aporte a la gestión cultural del país, como a algunos con una trayectoria más amplia.
El plato de fondo de Material era Dënver, que hacían de dueños de casa. Podrían perfectamente hacer un show con todo el arsenal de excelentes canciones que tienen, pero siempre se las ingenian para meter una sorpresa interesante a sus presentaciones. Esta vez fue la inclusión al setlist de “Mil Pedazos” de Christina Rosenvinge, en una sentida versión comandada por Mariana como manera de respuesta a una relación fallida hace un tiempo, según ella misma contó. Parece ser que cada disco está igual de internalizado entre sus fanáticos, hasta el punto en que no se cansaron de pedir “Los Vampiros”, un tema de su último disco, como si fuera un clásico de antaño.
Festival Material es una muy buena forma de cerrar el año para el circuito independiente. Un evento que, se nota, está hecho con la intención de satisfacer a una audiencia que busca expandir su abanico de música independiente, así como una vitrina para artistas que buscan demostrar que tienen algo más que decir. ¿Festival Material 2? Sí, por favor.