El álbum debut de Foo Fighters fue lanzado en julio de 1995 y se tituló simplemente “Foo Fighters”. El nombre tanto de la banda como del primer LP es una espcie de manifiesto, en el cual Dave Grohl se intenta desligar de su nombre asociado a Nirvana y crear algo completamente nuevo, sin trastros. El álbum completo fue escrito y grabado por el ex baterista de Nirvana, con ayuda de Greg Dulli en guitarra sólo en un tema y la asistencia de producción de Barrett Jones en Seattle. Esta expereincia catártica como la describe el músico, fue y sigue siendo, uno de los álbumes debut más influenciales y potentes que hemos visto. Hoy desenvolvemos la historia detrás de la enigmática primera portada de Foo Fighters.
Grohl decidió usar el nombre Foo Fighters para el proyecto musical para poder ocultar su verdadera identidad mientras distribuía copias del álbum en formato tape a sus conocidos y en los pequeños locales en los que luego tocaron. Básicamente este primer LP es un “one-man show” del máximo calibre. Estos cassettes lograron el interés de un sello discográfico y se reclutó a una banda completa para los shows y posteriores álbumes: Pat Smear de The Germs, Nate Mendel y William Goldsmith, ambos de la banda Sunny Day Real State que se había disuelto justo en aquel momento.
Basta con decir que este fue el álbum clave del duelo que vivó el grunge en 1994, logrando una banda efervescente y que jamás dejó de llevar la voracidad musical a un nivel inigualable. Aún 27 años más tarde seguimos recordando icónicas portadas con aún más icónicas historias detrás, y es que el debut homónimo no es una excpeción. Foo Fighters nunca ha sido una banda consistente en el tema que abarcan sus portadas, visualmente no hay mayor hilo conductor que la banda misma. Pero la portada del 95 tiene la peculiaridad de estar conectada al origen del nombre Foo Fighters.
Un Foo Fighter es el término utilizado por los pilotos de aviones en la Segunda Guerra Mundial para describir a los ovnis. El nombre de la agrupación continuó con el interés de Grohl en la ciencia ficción cuando nombró a su compañía discográfica Roswell Records en honor a la comunidad de Roswell, Nuevo México, que se convirtió en un punto de acceso ovni luego de un famoso incidente en 1947.
Jennifer Youngblood, la entonces esposa de Grohl, fue quien creó la portada del álbum. Aquí vemos una fotografía de Youngblood de una pistola desintegradora XZ-38 antigua utilizada por el personaje de ciencia ficción Buck Rogers, de la aclamada serie de 1979 “Buck Rogers in the 25th Century”. El uso del arma en la portada por supuesto que generó algunas controversias respecto a la posibilidad de hacer referencia a la muerte de Kurt Cobain. Grohl desmintió tales rumores, ya que la referencia de la portada estaba destinada a seguir el tema de ciencia ficción del nombre de la banda y el nombre de la compañía discográfica, como ya es sabido por quienes siguen esta historia del principio.
Con 26 años, Dave Grohl nos logra cautivar desde la crudeza y fuerza de este primer encuentro con Foo Fighters, desde un ya lejano ’95. Este “pequeño álbum” vendería más de 2 millones de copias en todo el mundo y marcaría a Grohl y los Foo Fighters como una hito de finales de siglo. Con cada lanzamiento sucesivo, Grohl continuaría impulsando y expandiendo la musicalidad y la dirección de Foo Fighters, mientras construía su propio imperio y legado de rock. Y desde ese punto de vista, es un deleite volver atrás y ver cómo comenzó todo con un álbum que estaba menos preocupado por encontrar una audiencia que solo por ser grabado y encontrar un lenguaje propio.