Chile es el país más austral del mundo, que posee ribetes particulares en su idiosincracia e identidad. En el camino de insertar a la música electrónica dentro del circuito, la ruta fue más que compleja tras la vuelta a la democracia. Las famosas fiestas Barracuda, que fueron los primeros lugares de nicho en Santiago donde se traspasaba el dato de boca en boca a la fiesta; eventos como el eclipse lunar de 1994 llevó a Ricardo Villalobos, Dandy Jack y a Derrick May a tocar en pleno plano desértico o la presencia en el 2004 del festival Mutek, cuando las fiestas dejaban de ser exclusivas, y se instalaba en pleno Valparaíso para hacer cruces de conversatorios, de estrellas de rock sudamericano y un fiestón interminable en el muelle Barón hasta el amanecer.
En el presente, Chile se instala dentro de un mapa donde los músicos tienen el deseo de tocar. La versión chilena de Sonar, las importaciones de franquicias de fiestas de corte más comerciales -caso del festival Ultra, Misteryland, Creamfields, entre otros-, son algunos de los grandes eventos que se han realizado con continuidad. El circuito de Santiago se mantiene a nivel de convocatoria cada vez más masificado, donde se hace mucho más encontrar lugares para ir a bailar.
Por otra parte,Valparaíso ha sido postal de importantes visitas de connotados djs. En la ciudad que está a una hora y media de Santiago, se han presentado artistas de la talla de Fatboy Slim, Atom Heart, Paul Van Dyk, Luciano, Umho, Ricardo Villabos, Chica Paula, Argenis Brito, Terry Francis, Ian Pooley, entre tantos otros. El trío Roken, con Flavio Etcheto, Gustavo Cerati y Leandro Fresco, finalizaban su presentación en Mutek y a menos de 1 metro estaba comenzando a tocar el proyecto Sieg über die sonne, con Dandy Jack, Jorge González y Pink Elln. Parte del Britpop también pisó suelo porteño. Andy Rourke, que en su faceta de dj se instaló en teatro Mauri repartiendo himnos. El baterista de Blur, Dave Rowntree pinchaba discos a una cuadra del mar gracias a Microdancing en una pista de baile deslumbrante. Una ciudad con una mística que impacta y atrae constantemente a djs de diversas partes del mundo de diferentes locaciones, siempre aprovechando el mar como un plus en su puesta en escena.
Para el dj y productor Vicente Sanfuentes, dueño de Sanfuentes Records y del sello Cómeme junto a Matías Aguayo, opina que la presencia de Chile en el circuito “es definitivamente un lugar muy activo y educado en música electrónica. Festivales como Primavera Fauna, clubes como Mamba, sellos como Pato Carlos, Diamante, Sanfuentes Records y Pirotecnia, más la cercanía con Argentina y otros factores lo hacen un lugar bastante interesante. Pero finalmente, creo que más que un lugar son las personas y la cultura las que hacen la escena. Y de buenos artistas está lleno”.
Sobre las ventajas de tocar en Chile, el productor enfatiza: “Lo bueno es que no te cuestionas mucho las cosas cuando hay poco que ganar y poco que perder. Eso hace que el ansia por figurar sea menor que las ganas de hacer cosas buenas y entretenidas. De esa falta de prejuicio salen cosas sorprendentes. Sano para la música electrónica en general. Lo malo es que es dificil visualizar una carrera sin la existencia de referentes. Lo mismo con los sellos, los clubs, los managers, los estudios, todo. Estamos inventando sobre la marcha“.
Es por esto que se entrevistó a las 6 nuevas caras de la música electrónica chilena, donde se les consultó acerca de la importancia de hacer música en la tierra de Violeta Parra y Los Jaivas, las ventajas de hacer música en un territorio geográficamente aislado y sobre la nuevo escenario en que sitúa Chile en el presente.
Alvaro Guerra, a.k.a Guerritas
“Ventajas geográficas pocas. Tal vez el hecho de tener el pacífico que nos deja cerca de China (productor del 90% de las cosas del mundo) y los uno que otro tratado de libre comercio que permite tener buen acceso a instrumentos. Pero hoy en día son cosas que damos por sentado que nadie se cuestiona mucho. Primer mundo suena bien para cualquier emprendedor/músico, pero es Latinoamérica la que está marcando la pauta y que está valorando su propio mensaje. Cunas como Berlín o Detroit siguen siendo lugares interesantes, pero la mirada está puesta en México, Colombia, Perú, Argentina, Chile, etc. Inclusive para el primer mundo, más allá del español, se está hablando un lenguaje común que rápidamente se está universalizando”.
“Chile hace tiempo es una boutique musical, como lo son, guardando las proporciones, Islandia, lugares que parecen remotos y subpoblados pero que se las arreglan para aportar buenos músicos y, por ende, buenas canciones. Estar en un lugar tan diverso y único como Chile aporta ese misterio, sumado al talento de varias individualidades, que años atrás exportaron el nombre CHILE al resto del mundo y que, hoy en día, se ha capitalizado con una sólida comunidad de músicos, que dejó atrás reproducir material ajeno y empezó a crear sus tracks”.
“Chile en el presente está tomando cada vez mas fuerza en relación a la electrónica en comparación al resto de sus vecinos, donde los artistas vienen cada vez con más frecuencia“.
Chile es el nuevo paraíso electrónico a nivel sudamericano?
“Si tú lo dices, lo tomo. A mi me parece que acá se están haciendo cosas muy, muy buenas y para todos los gustos, pero en Argentina, Perú México y Colombia también, vuelvo a decir, que el sueño bolivariano se está concretando con el techno. Es un lenguaje muy directo y universal que me tiene conectado estrechamente a gente del continente. Es grato hablar desde la precariedad latina, desde la ausencia de precedents; desde la foja cero y desde las indigestiones por comidas callejeras, hay mucho que nos separa en Latinoamérica pero mucho más lo que nos une”.
Vicente Palma
“Hacer música en Chile es un asunto azaroso, pero así como es una geografía marginada del resto del mundo, le da identidad propia. Yo personalmente uso las desventajas como ventajas, hago música con lo que tengo al alcance, puede ser con mi Notebook que está bien a mal traer, teclados de juguetes o simplemente con fierros que me encuentro en la calle, jajaja. Llegando a un extremo: si no tengo nada, uso las palmas de mis manos simplemente para imaginar y crear pulsos. Lo material no aporta a la imaginación, ¿de qué sirve tener un montón de máquinas caras y cosas por el estilo, si finalmente se va a producir algo aburrido?”.
“Aporta en el sentido que se puede proponer desde un estilo o una verdad propia, desde Chile al mundo (sin sonar chovinista). Yo no soy de ponerle nombres en inglés a mis canciones, por ejemplo. Hay que aportar y hacerse cargo desde el lugar del que uno proviene. Es la única manera que se me ocurre que la música electrónica, o de cualquier estilo, tenga algún impacto o relevancia”.
“No creo en los “nuevos paraísos”. Decían que Chile era el nuevo paraíso del pop y le hizo un daño muy grande a la creatividad de los músicos de acá! Todas las bandas aspiran a ser Javiera Mena (a quién admiro), trunca la evolución musical, sobre todo de gente de mi edad, y todo por perseguir una fama de prensa. Me deprimiría mucho que todos se pongan a hacer música para sonar según como quiere la gente. Hay buenos músicos acá, no sólo de electrónica, sino que de rap y rock y un montón de otros estilos que no son validados por no ser “onderos”. A fin de cuentas, en mi caso, hago música electrónica porque mis recursos me permiten usar FruityLoops”.
Inti Kunza
Estilo: posmoderno
“Ninguna.”
“Podría aportar si uno investiga las raíces de nuestro acervo cultural, pero aquello pasa poco. En general la escena mira y se inspira en que esta sucediendo en Europa y EEUU. Afortunadamente la nuevas generaciones están cada más abiertas y receptivas a experimentar con elementos propios de nuestras identidades regionales”.
“Chile en el presente está tomando cada vez mas fuerza en relación a la electrónica en comparación al resto de sus vecinos, donde los artistas vienen cada vez con más frecuencia. Además creo que es de vital importancia que a mediados de los noventas las primeras raves, donde tocaban djs como Ricardo Villalobos y Luciano, organizadas por el colectivo Euphoria, eran gratuitas y en lugares públicos céntricos donde gente de los más diversos estratos sociales podían acudir, de manera que llego con el énfasis democratizador y popular. Se nota que el sentimiento que se importó era el de la Love Parade de Berlín y, con aquello todo el discurso de amor y rave. Creo que aquello eventos llevado a cabo en la capital, marcan un un punto de inflexión en la historia de la música electrónica bailable en Chile”.
Chile es el nuevo paraíso electrónico a nivel sudamericano?
“Paraíso en ningún caso, pero creo que hay muy buenos artistas que provienen de Chile que han marcado con sus estilos la escena de música electrónica mundial. Hay un terreno fértil desde mediados de los 90’s para el desarrollo de una escena música electrónica en Chile, un punto de inflexión importantísimo lo marca la residencia permanente de Atom Heart en Santiago de Chile, uno de los exponentes más potentes de la música electrónica alemana y del mundo. Hechos como el antes citado influencian a muchos artistas en su desarrollo estético de las nuevas técnicas de producción. Lo lamentable es que el desarrollo de los clubes (escena) no ha ido al mismo ritmo que la adquisición del gusto por la música electrónica por una población cada vez más masiva. Casi no existen clubes dedicados específicamente a la música electrónica, por consiguiente, el tema del sonido, equipamiento (set up) y el trato a los artistas, permanece en un estadio amateur. Carecemos de una cultura de club, estamos viviendo más que nada el Hype (moda) de la música electrónica en cuanto bien de consumo se trata”.
Nicolás Castro, integrante de Román y Castro
“A simple vista se ven muchas más desventajas que ventajas, al menos en el sentido más práctico. Lo bueno es que, si te logras abstraer de las ganas de asimilarse al primer mundo tan propias de la movida electrónica más masiva que hay en la región, estar y vivir acá le puede imprimir una personalidad muy propia a tu trabajo”.
“Estar lejos puede aportar frescura y personalidad. Los problemas y virtudes de Chile se plasman en la música de una forma que uno a veces no se da cuenta, y eso ya de por sí genera novedad. Es raro buscar imprimir ciertas cosas que se generan en regiones con necesidades básicas resueltas. En un lugar como el nuestro, mucha gente hace música después de trabajar para asegurarse el mes y eso se traspasa de manera inconsciente. Esconderlo no tiene sentido”.
“No lo veo como un paraíso. De hecho, me resulta súper curioso y hasta admirable que hayan tantos buenos productores con una cultura de club tan limitada en comparación a otros países, incluso de la región. Por trabajo de los mismos artistas, un puñado de promotores que apuestan y otro poco de dueños de lugares que les gusta la música se ha ido intentando revertir la situación, pero todavía está bien cuesta arriba”.
Nicolás Sarmiento, a.k.a Slang
“Estamos en un país que recién se está desarrollando en relación a la música electrónica, por lo que es necesario estar en constante movimiento y aprendizaje. Si bien, esto se logra de manera individual, también es importante tener un grupo de amigos que tengan la misma visión que uno para crear algo sólido y con una intención clara”.
“Lo que puedo rescatar principalmente, es que al estar tan alejado existe la autogestión, ya que es difícil hacer las cosas en este país donde los proyectos independientes no siempre funcionan, por lo que uno debe moverse de manera individual o con un grupo de amigos para realizar las cosas de manera autónoma, no por el dinero, sino que por el amor que se le tiene a la música y por lo que uno quiere mostrar, que en este caso es lo que uno hace como dj y como músico, productor musical, etc.”.
“Me parece que en Chile la escena electrónica cada vez está creciendo más, y a la vez, se están forjando proyectos independientes que se quieren desligar del clásico sonido 4 x 4 que lleva presente muchos años en nuestro país. No sé si podría decir que Chile es el nuevo paraíso electrónico, pero sin duda alguna, hay una nueva ola de muy buenos productores como es el caso de Holuigue, Fnkcy, Johano, Vnzo, Qasio, Matías Mestre y también existen sellos que están haciendo una gran labor como Diamante, Discos Cetáceos, Cazería Cazador y Panal”.
Nacho Rojas
Colectivo Wemull
“En los tiempos que corren y a un clic de conocimiento, redes sociales, streaming en directo, etc, puedo saber lo que esta pasando de forma inmediata en Berlín, Londres o París. Ventajas quizás es tener raíces sabrosas de vecinos poco distantes como Perú, Colombia o aquí mismo, nuestros mapuches, con su armoniosa lengua y muy practica a la hora de crear algo con eso, es melódica y tiene un sonsonete o un gusto muy particular, por ejemplo. La otra ventaja es que al ser chilenos y estar lejos del primer mundo podemos ser novedad en cualquier parte de Europa, además como estamos representados por monstruos como Ricardo Villalobos, Felipe Valenzuela, Luciano, entre otros, tenemos un poco mas de delantera frente a otros países”.
“Para la escena electrónica mundial? Mmm… la novedad del conocimiento que podemos explorar sonidos sudamericanos. Por ejemplo, el otro día escuche una agrupación colombiana que se llama Lulacruza que tenía una canción que comenzaba con percusión en el agua, wow! Esa riqueza es latina. Ese groove, ese sonido ocurre solo en esta parte del mundo, sonidos mezclados de raíces precolombinas, indígenas”.
“Por otro lado en regiones como Valparaíso el underground aún persiste, no digo que en Santiago no exista este, solo comento que en regiones es más palpable, más a pulso, por que es lo único que hay. Aunque si existen clubes más “taquillas”, persiste esa onda más “sucia” con clubes con excelente sonido, creo que el mejor de Chile, como es el Club M, y clubes que son un planeta y submundo donde todo ocurre como Terraza Mimi, y ahora el centro cultural Disidentes comienza también a meterse en este círculo”.