Santiago de Chile, 4 de octubre de 2008. El diálogo entre Trent Reznor y los múltiples técnicos dispuestos en la ex Arena Santiago era incesante: a pesar de estar brindando uno de los espectáculos más impactantes que recuerde la industria criolla, el compositor se veía inquieto, como si cuestionara el viento. De un momento a otro, mientras sonaba la estruendosa Only, golpeó con su codo parte de la escenografía destruyéndola de inmediato, dejando a su paso un pequeño charco de sangre. Impredecibilidad parece ser el factor que mejor describe aquella noche, algo que se ha plasmado en su extensa carrera e infinitos proyectos; lanzamientos sin previo aviso y conciertos que terminan en una batahola. Paradigmas que bien podrían replicarse en su novena producción.
Y es que a pesar de haber negado hace unos días mediante Twitter que NIN se encontraba en el estudio, ahora el mismo Reznor alimentó los rumores: un fan publicó en Instagram el mensaje “el mundo necesita más NIN ahora mismo”, acto seguido el músico de 51 años contestó con un escueto pero enfático “2016 aún no se ha acabado”. Palabras que se condicen con lo expresado en redes sociales a mediados del años pasado; “NIN, nuevo 2016”.
Trabajos en secreto que en lo absoluto son novedad para el fuero interno del conjunto; para su octavo largaduración se recluyó herméticamente junto a sus eternos productores: “He sido menos que honesto acerca de lo que realmente he estado haciendo últimamente. Durante el último año he estado trabajando en secreto sin parar con Atticus Ross y Alan Moulder en un nuevo larga duración de Nine Inch Nails, que estoy feliz de decir que está terminado y es francamente cojonudo. Este es el verdadero impulso y la motivación detrás de la decisión de montar una nueva banda y gira otra vez. Mis incursiones en el cine”, afirmó el también fundador de How to Destroy Angels.
El segundo hito de un proceso que inició en 2013 con la edición de Hesitation Marks, simbolizando la madurez musical y personal de sus componentes: la rehabilitación de las drogas también fue parte de un impulso creativo que terminó por facturar uno de los mejores álbumes en la discografía de la banda de rock industrial. Tras ello emprendieron una extensa gira alrededor del mundo bajo un renovado concepto.
NIN es considerado un pionero en el movimiento de la música industrial y ha tenido una gran influencia en la evolución de la música electrónica. Sus grabaciones – que incluyen la RIAA de platino – están certificados por Pretty Hate. Machine (1989), Broken (1992), The Downward Spiral (1994) y With Teeth (2005), han revolucionado la producción digital.
La banda ha vendido más de 30 millones de álbumes en todo el mundo, y ha dado a conocer una notable serie de singles, incluso escalando al N° 1 en radios de rock con hits como “The Hand That Feeds,” “Only,” “Every Day Is Exactly the Same” y “Survivalism”. Han recibido dos premios Grammy.