Por Patricio Piña F.
48 millones de personas reprodujeron Ratched en los primeros 28 días desde su estreno en el mes de septiembre, siendo la serie nueva de Netflix más vista en lo que va de año. Y es que este producto se ha sabido vender bien. Una de las principales razones que ha influido en su reciente éxito, es que detrás de este proyecto está Ryan Murphy, un destacado creador de televisión que ha participado en crear, escribir, producir y dirigir series como Glee y American Horror Story.
Así mismo, otro punto destacable se sustenta en que esta entrega es una especie de precuela de “Alguien voló sobre el nido del cuco”, también conocida como “Atrapado sin salida” (1975), una película de culto del director Milos Forman y que, fue protagonizada por -en ese entonces- un joven Jack Nicholson. Vale destacar que, a su vez, estas dos realizaciones audiovisuales estuvieron basadas la homónima novela de Ken Kesey (1962).
Ahora bien, pasando a su argumento, la historia se centra en los inicios profesionales de la sórdida y autoritaria enfermera Mildred Ratched, algunos años antes de los fatídicos acontecimientos que ocurrieron en la película dirigida por Forman. Una entrega que consta de ocho capítulos de duración, donde se muestra en cada uno de estos un inherente terror psicológico que desde su oscuridad mantiene una importante dosis de drama, suspenso y violencia.
Quien encarna el papel principal de esta serie es la actriz Sarah Paulson, quien tuvo una actuación simplemente brillante de inicio a fin. Y es que desde el primer capítulo se delimitan los objetivos de ella cuando llega a Lucia en 1947, un pueblo que está situado al norte de California, con la clara intención de querer unirse al equipo del hospital psiquiátrico estatal de aquel lugar, el que es dirigido por el Dr. Richard Hanover.
De allí en más se explica el origen de Mildred Ratched y se exponen características de su carácter y personalidad, con luces y sombras que la transforman en heroína y anti heroína. Muestras claras de esto, es la empatía que genera ella en el espectador: a pesar de la perversión y frialdad en su ambición por alcanzar todos los fines que se propone; y con otras escenas donde se evidencia cierta fragilidad, especialmente cuando presencia un espectáculo de marionetas.
Vale destacar también, al elenco que rodea a Sarah Paulson. A su alrededor, la acompaña la jefa de enfermeras del Hospital General de Lucia, Judy Davis; Cynthia Nixon, jefa de prensa del gobernador de California; Amanda Plummer, administradora del hotel donde se hospeda Mildred Ratched; Jon Jon Briones, director del hospital federal; Sharon Stone, personaje esencial en el tramo final de la historia; y Sophie Okonedo, con un personaje que llega prácticamente al término de la serie.
Mención aparte para Edmund Tolleson (Finn Wittrock), quien se roba el centro de las miradas en la serie, ya que es el psicópata más peligroso de este centro de rehabilitación psiquiátrico. Una gran cantidad de habitantes del pueblo piden la pena de muerte para él y el gobernador del pueblo también lo desea así, pero: ¿se dará de esta forma? En estos ochos capítulos hay mucho hilo por cortar.
En síntesis, en Ratched vemos una mezcla entre terror psicológico y una trama que es parecida a otras series de detectives disponibles en Netflix. Hay historias laterales por momentos, pasados que se visibilizan en el presente y situaciones que parecen ser bastantes adversas para sus personajes. Resalta claramente su estética vintage, sus colores llamativos y una atmósfera atrapante que mantiene una línea sucesiva, la que deja con ganas de saber más sobre la conclusión de historia.
La paleta de colores está perfectamente utilizada, y el vestuario habla por sí solo, ya que se le da notoriedad a la moda y a la elegancia de las décadas de los 40’ y 50’, cuya inspiración tiene como ejes centrales los diseños de Dior y del director Alfred Hitchcock. Cada detalle tiene su explicación, como, por ejemplo, las distintas tonalidades que tienen los trabajadores de este hospital psiquiátrico, con tonos más potentes para quienes tienen mayor jerarquía en desmedro de los asistentes médicos.
Dentro de todas las características favorables que tiene Ratched, quizás este es el punto más alto y destacable. Y es que la serie logra ser en sí una experiencia visual para el espectador, con una paleta de colores vivos y llamativos que se van entrelazados con una dirección artística que es prácticamente perfecta. La simbología que tienen estos colores, la podemos encontrar en la relación que hay entre la intensidad de estos y las intenciones oscuras de cada uno de los personajes.
En los eventos ocurridos posteriormente, y por medio de su director, en este sitio se hace hincapié en experimentar con pacientes que se consideraba que tenían ciertos trastornos mentales como la depresión, esquizofrenia, ataques de pánico, manía y catatonia, entre otros. Lo que principalmente se procuraba por medio de la lobotomía prefrontal, la que consistía en utilizar la técnica de incrustar un picahielo en el cerebro de los pacientes por unos 10 minutos.
Pero no solo se realizaba este tipo de sesiones, ya que para “curar” el lesbianismo (lo que en ese entonces era visto como una enfermedad), el doctor Hanover empleaba una singular técnica que consistía en hervirlas en una bañera con agua hirviendo a altos grados de temperatura por un tiempo determinado, para luego trasladarlas a otro baño de tina que, estaba cubierto totalmente por hielo. Este tratamiento producía graves quemaduras en ellas.
Una de las características de Ryan Murphy, director que se ha declarado abiertamente como homosexual, es que siempre dentro de su elenco hay actores y actrices pertenecientes a la comunidad LGBTQIA+. Esta no es la excepción, ya que en esta serie participan: Sarah Paulson (Mildred Ratched), Cynthia Nixon (Gwendolyn Briggs), Charlie Carver (Huck Finnigan) y Michael Benjamin Washington (Trevor Briggs). Al interior de Ratched, se presencia también un romance disidente.
Finalmente, la banda sonora genera una ambientación propicia con respecto a la tensión y oscuridad de la serie y, además, logra también transportarnos hacia finales de la década del 40’. El soundtrack original está disponible en plataformas digitales como Spotify y cuenta con las colaboraciones del parisino Camille Saint-Saëns (1831-1921), quien con “Danza Macabra” suena en el inicio de cada uno de los capítulos, y de Mac Quayle, que estuvo presente en la serie Mr. Robot.
Ratched ofrece todo lo que se propone su director Ryan Murphy: es atrapante desde lo visual, con grandes interpretaciones y con una banda sonora que acompaña en todo momento su contexto histórico. Es inquietante desde el argumento y mantiene un drama violento que no cesa en ningún momento.