Tan sólo meses antes de que Prince falleciera en Paisley Park, Minnesota, se encontraba redactando con su propia pluma la historia de su vida, una autobiografía que pretendía desnudar su propia imagen y volver a las raíces que lo vieron florecer. Dan Pipenbring, un joven periodista fue contratado como co-escritor por el mismo artista, como una forma de refrescar su historia con la perspectiva de un fan. Todo aquel trabajo queda en el aire cuando encuentran a Prince muerto en el ascensor de su complejo en Paisley Park. ¿Cómo es que se forja esta autobiografía entonces, si no quedó más que la experiencia?
Es por ahí donde se teje esta aventura, comprendiendo los manuscritos de Prince en sus hojas de cuaderno, archivo inédito encontrado en su hogar, y la narración de Pipenbring, quien a modo introducción nos cuenta su relato personal de cómo llegó a conocer a uno de los artistas afroamericanos más atrevidos de los últimos 50 años. Prince de por sí es una figura enigmática, un artista que se ha transformado en un mito fantasmagórico aún en vida, y son sus propias palabras nostálgicas con una perspectiva desnuda que nos inundan en “The Beautiful Ones“.
La introducción de Dan Pipenbring es un excelente reflejo de las intenciones de Prince, intentar mezclar ambas voces en el relato autobiográfico, aunque de esta forma el periodista narra el proceso y el encuentro con este proyecto literario. Es muy interesante cómo se introduce esta historia tan personal, algo que por lo demás a Prince le hubiera encantado, que Pipenbring sacara su voz para hablar de él, porque la vida del músico estuvo marcada por una serie de relatos en donde muy pocos tuvieron el honor de pertenecer a su vida. En este sentido, esta introducción muestra a Prince como la mítica figura que fue, desenmascarando la frialdad que demostraba la prensa, y acercando al artista a su más honesta faceta.
Luego de esta sección introductoria, lo que nos queda es el relato de Prince desde su puño y letra. Los manuscritos quedaron crudos, tal como Prince los dejó para Pipenbring, y de esta forma no tenemos edición, sólo la narración tal como fue construida. A esto, se van añadiendo imágenes que sirven para complementar visualmente el relato: insights hacia la vida familiar de Prince, escaneos de objetos pertenecientes al padre, bocetos y memorabilia. Lo que nos entrega es, entonces, todos los detalles más jugosos de su vida amorosa temprana y los inicios de su carrera musical, pero el mayor hincapié que quería darle Prince Rogers Nelson a su biografía era de alguna forma intentar combatir el racismo con su relato.
Sin duda una tarea increíblemente difícil, lo que sí logran con esta publicación es reivindicar el relato de un músico afroamericano de Minnesota desde la más pura honestidad y desnudez, ayudando a poner a estas historias relegadas como importantes y necesarias. Desde la relación con sus padres y la importancia que aportaban a la comunidad, Prince evoca pasajes que hablan con una distancia histórica importante para poner en jaque sus mismos actuares.
Pero, lo que nos queda por preguntar es lo siguiente: ¿Es esta la autobiografía feroz y radical que Prince intentaba construir?
Prince como figura enigmática deslumbra por su fascinación por la música y su eterna dedicación a ella, y esta autobiografía busca que esa pasión se transforme en el eje de su propia historia. Pero el relato quedó inconcluso, quedó crudo e incompleto, y por supuesto que esa crudeza se torna interesante en esta colección de memorias y memorabilia, pero no es el relato en su totalidad de la pluma de Prince como podría haber sido. Este es un trabajo de archivo para recuperar el legado de Prince e intentar cerrar el ciclo que el artista quería cerrar, cumplir su meta y lanzarse nuevamente al vacío.
A pesar de este percance en la historia, “The Beatutiful Ones” logra aferrarse como una recolección de archivo que reconstruye su vida con todo lo que deja atrás. Relatos de su voz, perspectivas externas, imágenes y bocetos forman este universo púrpura que evoca no sólo sensibilidad sino además un fervor y perseverancia implacables. “The Beautiful Ones” es Prince al desnudo, un nuevo destello de aquel universo púrpura.