“El éxito es el sueño que te engaña cuando se transforma en realidad” nos cuenta Paolo Hewitt en relación a cómo es que David Bowie llega a entregarnos un álbum de covers titulado “Pin Ups“. Era 1973 y Bowie apenas había lanzado el “Aladdin Sane” ese mismo año, pero RCA le exigía un nuevo álbum. Al parecer aquella deuda no era aleatoria, sino que tenía que ver con un contrato en donde el artista debía entregar una cierta cantidad de álbumes en un par de años: David Bowie aún les debía uno.
El querido Starman había estado dos años en tour sin parar, siendo el “Aladdin Sane” compuesto y grabado en gira, por lo que un álbum de cero ya no era una posibilidad. La idea fue generar un LP de covers; desde The Kinks a The Who y desde Pink Floyd a Pretty Things, para así satisfacer al sello que lo estaba forzando por un nuevo lanzamiento.
Ese mismo año el fotógrafo Justin de Vileneuve — realmente llamado Nigel Davis — estaba enlazado románticamente con la icónica modelo inglesa Twiggy, quien ya había salido múltiples veces en las portadas de Vogue, pero hasta el momento ningún “hombre” había aparecido en su portada inglesa. Mientras Bowie preparaba este nuevo LP versionando a otros artistas ingleses, Villeneuve convencía a la editora en jefe de British Vogue Bea Miller que Bowie fuera el primero en romper con el canon de la revista.
Cuando Twiggy llega al set de fotografía sus pieles contrastan fuertemente ante un flash, a lo que el MUA Pierre La Roche creó una especie de máscaras maquilladas en sus rostros para simular la piel de Twiggy en la cara de Bowie y vice versa. Como una especie de pareja de muñecos de porcelana ambos íconos se ven atrapados en sus rígidas formas en el tiempo.
Bowie inmediatamente vio el potencial de la imagen, pensando en una portada para su discografía, pero esta imagen no podía aparecer en Vogue y ser el cover de un álbum al mismo tiempo. En 1999 Justin de Villeneuve explicó la sucesión de eventos: “Le pregunté a David ‘¿Cuántos álbumes vendes?’ a lo que él respondió ‘Ojalá un millón’. Vogue vendería 80.000 copias en el Reino Unido. Yo era dueño de la fotografía, entonces se la regalé a Bowie. Sabía que había tomado la decisión correcta de dársela a David cuando meses después estaba manejando por Los Angeles y vi un cartel de 18 metros de la portada en el Sunset Boulevard“.
Bowie no fue el primer chico en salir en la portada de la revista Vogue UK, aquel personaje fue Helmut Berger junto a Marissa Berenson. La historia se hubiera construido de manera muy diferente si David Bowie hubiera roto aquel canon, pero el artista rompió más barreras de género de las que podemos contar. Aún así, la portada del “Pin Ups” se mantiene como icónica y una que cruza las disciplinas visuales y musicales. ¿Fue la decisión correcta? Tanto Villeneuve como los hechos nos indican que sí.